sábado, 6 de agosto de 2011

Un lugar más a propósito




 Otro nuevo objeto de pública caridad llama la consideración de estos vecinos. Un departamento muy capaz, cómodo y bien atendido se deja ver en el seno de la Real Casa de Beneficencia, al que se han trasladado en este día las mugeres dementes que yacían en un local reducido, impropio y mal sano. Hace tiempo que el Ecmo Ayuntamiento trataba de aliviar la suerte desgraciada de las locas, preparándoles, como a los varones, un lugar más a propósito y un régimen más conducente y socorrido; pero lo grandes costos  que eran precisos para la reedificación de la casa correccional de San Juan Nepomuceno, en donde estaban colocadas, o para levantar otro  edificio para ellas; la escasez de fondos municipales y otros accidentes inseparables de las duplicadas atenciones de esta  corporación, retardaban demasiado sus buenos deseos.
  En este estado el Sr. Coronel D. Vicente María Rodrigo, Inspector de la Casa de Beneficencia, ocupado siempre en el fomento y progreso de este hospicio, y penetrado de la necesidad urgente de mejorar la posición triste en que permanecían las dementes, indicó al Escmo Sr. Presidente, Gobernador y C.G, que en el recinto de esta casa se presentaban unas habitaciones separadas muy cómodas, ventiladas y próximas para recibir los auxilios convenientes de la administración económica del establecimiento, que con ligeras reparaciones podía dedicarse para las dementes, cuya oportuna moción adoptada por SE y la Junta de Gobierno de esta Casa de Beneficencia, con acuerdo del Escmo Ayuntamiento, se convino en que fuesen trasladas a este nuevo local, bajo los inmediatos cuidados y protección de aquella Junta, concurriendo el municipio a la misma pensión que de sus fondos se destinaba para el alimento de aquellas infelices, mientras tanto se meditasen fondos y rentas fijas con que atender a este departamento, como asimismo al de varones, unidos hoy a esta casa de caridad.

 Francisco Javier Troncoso.

 Diario de la Habana, 30, de mayo de 1829.

 Nota: Los preparativos y reformas del local se realizaron entre el 8 y el 30 de mayo de 1829. Fueron cerradas dos galerías que sirvieron de salones, y se dispuso de una habitación para la directora y un punto de custodias. Además de los fondos del Ayuntamiento, se recibieron donativos del Conde de Villanueva,  del Capitán General y del Marqués de Vins de Peysac, entre otros. En total, fueron trasladas cuarenta y cinco enfermas mentales, todas procedentes de San Juan Nepomuceno (Casa de Recogida). La ceremonia de traslado contó con una función de la “compañía ecuestre” y una “hermosa vista de fuegos artificiales del célebre Mr. Jorge Ambrosio, bien conocido por sus exquisitos trabajos”.

 Diario de la Habana, 14 de mayo de 1829.       

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