Las jutías, o Capromys, se reducen a tres especies, que tienen los nombres vulgares de conga, carabalí y andaraz. Las otras hutías son solamente variedades de estas tres, y así la mandinga es una conga negra, la arará será una blanca, y la baribá que menciona el Sr. Pichardo en su Diccionario, no la conozco; la valenzuela en la obra de la Sagra debe suprimirse, porque debe su existencia al calor de un horno en que fue puesta una conga para destruir insectos dañinos, y el calor alteró el color del pelaje.
El Capromgs alba vel melitea que publicó el presbítero Toymil, es una variedad blanca o albina. La hutía mona de la montaña de Trinidad pertenece a la carabalí.
El Dr. Peters ha examinado las ratas y ratones mandados por mí, y los declara iguales a las tres especies cosmopolitas Mus rattus, decumanus y musculus, de consiguiente no son indígenas.
Fáltame decir algo sobre la utilidad o daño para el hombre de parte de los roedores.
Las hutías congas, principalmente cuando jóvenes, proporcionan una carne estimada de muchas personas blancas, y siempre de los negros. Se comen en estado fresco, ahumado y seco. Las hutías carabalíes y andaraces son menos estimadas; en los cafetales de Cuba y Guantánamo los negros no las comen, y las llaman hutías ratas. Curtidas las pieles pueden ser útiles.
Hay fincas que dan raciones de hutías ahumadas a los negros en lugar de raciones de tasajo o de bacalao; y para cogerlas o buscarlas se sirven de perros amaestrados, y éstos se llaman perros hutieros. Viviendo las hutías en el monte, y alimentándose de bejucos, curujeyes, hojas, etc., no causan daño al hombre; y así se puede decir que los roedores indígenas prestan solamente utilidad, y los roedores invasores causan solamente daño.
Juan Cristobal Gundlach... Catalogo de los mamíferos cubanos, p. 277.
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