lunes, 28 de marzo de 2022

Crónica habanera

 



En el país de la musas

Hay como en toda región

Diversidad de costumbres,

De carácter, de intención. 

Hay gente que todo el año

Cantan las nubes y el sol,

Las mujeres, las estrellas,

Los placeres, el amor.

Las cataratas soberbias

Del Niágara tronador

No llevan nunca más agua

Que aquellos inspiración.

Otros tan solo parecen

Imágenes del dolor,

Cuando fallece el amante

O el amigo, o el pintor,

O el vate que con sus trovas

El amplio espacio llenó,

O el infante portentoso,

Genio en germen, bella flor

Segada a los quince días

De abierta, por la fluxión.

Vienen después los que al plectro

Arrancan sonoro son,

Cuando llegan los natales

Del cirujano mayor,

Del jefe de la oficina,

Del oficial que ascendió;

De la rica señorona,

Del hijo del defensor,

Del párroco venturoso,

Del empleado crisol,

En fin, de cuanto cobija

Este globo girador.

(…)

¡Gente feliz, como hay Dios!

Para ellos siempre las nubes

Tienen nieve y arrebol,

Y aunque está lloviendo a chuzos

Ponderan la luz del sol.

Y la riente natura,

Y el perfume de la flor.

Otros, en fin, entre

Esos debo colocarme yo,

Golondrinas del Parnaso,

Emigran con el calor,

Y de las aguas castalias

Esquivan el grato don,

Temerosos de fundirse

Y convertirse en alcohol,

O en la máquina motriz

De algún buque de vapor.

Mas cuando el cierzo sus alas

Extiende hacia el Ecuador,

Y refresca con su aliento

La tropical extensión,

Cuando el placer de abrigarnos

Nos concede el Hacedor;

Y se cubren las campiñas

Mantos de eterno verdor,

De preciosos aguinaldos

Y tan variada flor,

Que el ánimo en contemplarlas

Encuentra consolación.

A las nueve hermanas vuelven

Sus miradas con amor,

Y ansiosos gustar desean

Los raudales de Helicón.

Entonces si el bello Apolo

Se encuentra de buen humor,

A los tránsfugas sonríe

Y brinda su protección,

Permitiéndoles que escriban

En el lenguaje traidor

Delicias de las mujeres,

Del hombre condenación.

(…)

Una semana ha pasado

O va a pasar, es lo mismo,

Estamos al fin del sábado

Y ya despunta el domingo.

Durante esos cortos días

Nuestra existencia ha corrido

Entre goces y dolores,

Entre encantos y martirios:

La humanidad como el sol

Tiene siempre el mismo giro.

En el ramo de placeres

Públicos, dulces y lícitos,

Diferentes novedades

Efectuarse hemos visto.

En el género agradable;

Y en el género aflictivo.

La tropa de la Vienesas,

Ese escuadrón tan garrido

Reclutado en las orillas

Del Danubio y del Rhin frío,

Perdió en rápidos momentos

Un campeón exquisito,

La linda y pura María,

De ojo azul y rubio rizo

¡Pobre niña! de tus padres

No conociste el cariño:

Huérfana y abandonada

Te hizo al nacer el destino,

Y en estos climas remotos

Diste el último suspiro.

(…)

En la ópera una epidemia,

No hay que dudar, ha caído; 

Marini con calentura,

Lorini con calofríos,

Palonini con catarro,

Y el Corcel de Federico

Algo enfermo de las muelas

Y retocado del hígado,

Por eso al grande Nabuco

No pudo servir propicio.

El Elixir se propuso,

La Norma no hay que decirlo,

Y el Nabuco no se salva

Si Bailini no es perito.

Quiera Dios que se mejoren

Estos artistas queridos,

Y que el Señor empresario

Pueda con libre albedrío

Arreglar, como desea,

Espectáculos magníficos.

Continúan bien las máscaras

En Escauriza y el Circo,

Si es que bien puede llamarse

Bailar, y buen apetito

Desplegar luego en la mesa,

Los callados angelitos,

Que dejan la lengua en casa

Para evitar extravíos.

           ...

Que bailarán en Tacón

Los Raveles asegura,

Divirtiendo la cuaresma,

Y sobre esto no hay duda,

Con sus bailes y sus saltos,

Sus gracias y travesuras.

Sus campestres cabalgatas

Dulce recreo procuran

A las damas y galanes

A quienes meció en la cuna

Con halagos y sonrisas

La coquetona fortuna.

Las quintas que la ciudad

Bordan con rara hermosura,

Son teatros de placeres,

De triunfos para las Chumbas,

Las Matildes y las Luisas,

Las conchitas y las Sumpcias,

Las Dolores e Isabelas,

Las Marías y las Tulas.

Gozaos, hermosas; la vida

De vosotras nada turba;

Corre tranquila entre flores

Como raudal de ventura.

Y sabes que el quinto día

Del mes febrero que apunta

Está designado ya

Para la función augusta

Que en el Agustino templo

Al Señor de las Alturas

Llenas de fervor dirigen

Dos corporaciones juntas.

Solenme será fiesta,

Brillante será la música,

Y un coro de bellas damas

Hará oír sus voces puras,

Dando gracias al Eterno

Que la salud asegura

Del jefe que nos gobierna,

Y nuestra dicha procura.

(…)

 

J. Q. S.

 

 Rescato aquí fragmentos de una crónica en verso firmada José Quintín Suzarte, que más allá de su calidad literaria, tiene interés por el retrato que hace de la sociedad habanera. Destaca por su galante ligereza y momentos satíricos, así como por su tono irónico, enmarcado en el ámbito teatral de la época: 1849. Esto, en pleno triunfo de la zarzuela, cuando la cantante Matilde Domínguez se encontraba en el ápice de su éxito, y se sucedían las sonadas fiestas del Conde de Peñalver en la Quinta del Obispo. Quintín Suzarte fundó la revista La Siempreviva, una de las primeras publicaciones románticas. Después de un tiempo en Venezuela regresó a Cuba y comenzó a trabajar para el Diario de la Marina, al tiempo que se hacía cargo de El Faro Industrial. Por más que quiso defenderse de la censura, como se aprecia en los últimos versos, en 1852 tuvo que emigrar en espera de mejores tiempos. Uno y otro exilios se sumaron hasta que finalmente pudo emprender duradero retorno hasta su muerte en 1888.

Diario de la Marina, 28 de enero de 1849, p. 2.


domingo, 27 de marzo de 2022

El mayor imposible

 


Mariano Ramiro


   Antes buen pelo peinará la rana,

lucirá el elefante rica pluma,

no será de uno y tres, cuatro la suma

y brillará en la noche la mañana.


   Antes se verá en rocas crecer lana,

al fuerte Eolo derramar espuma,

producirá naranjas la yagruma,

dejará de ser linda una cubana.


   Antes el hombre sin nacer muriera,

tendrán los ríos una sola orilla,

a un cangrejo amansar podrá cualquiera,


   no habrá entre literatos vil rencilla,

que encontrar una joven hechicera

sin que empolve su faz la cascarilla.




viernes, 25 de marzo de 2022

Con motivo de cierta reunión de sugetos de buen humor el día 1 de enero de 1811

 


Manuel de Zequeira 

 

Yo vi por mis propios ojos

(Dicen muchos en confianza)

En una escuela de danza

Bailar por alto los cojos:

Hubo ciegos con anteojos

Que saltaban sobre zancos,

Y sentados en los bancos

Para dar más lucimientos

Tocaban los instrumentos

Los tullidos y los mancos.

 

Dejó luego el abanico

Una negra conga y sucia,

Y entre ella y el rey de Prusia

Bailaron el zonzorico:

Un musulmán de Tampico,

Que era ciego, con carbón

Dibujó a la perfección

Lo que observó en el estrado,

Y en un círculo cuadrado

Le envió el mapa a Salomón.

 

Cicerón y Preste Juan

Archiduques de Judea,

Riñeron con Dulcinea

Por celos de Tamorlan:

Don Quijote en Perpiñan

Tuvo a mal estos conciertos,

Y vino por los desiertos

Con los siete griegos sabios

Desfaciendo los agravios,

Y enderezando los tuertos.

 

En esta misma ocasión

Se vieron distintas cosas,

Que por ser maravillosas

Se hacen dignas de atención:

Fue destruido el Paladión

Entre las ascuas tiranas,

Y las mugeres troyanas

Vasallas de don Rodrigo,

Huyeron del enemigo

Hasta las islas Marianas.

 

Entonces dicen que fue

Cuando con presteza suma,

Salió huyendo Moctezuma

Sobre el Arca de Noé:

A este tiempo Berzabé

Con chinelas y tontillo,

En Mantua asaltó un castillo,

Y entre otras cosas que callo,

Dio una carrera a caballo

Sobre el filo de un cuchillo.

 

Viendo la Reina de Hungría

Que tan mal iba la danza,

Quiso emplear a Sancho Panza

En su gran secretaría:

Heráclito se reía

De verlo tan haragán,

Y entonces el padre Adán

Despachó con Amaltea

Ejércitos de Guinea

Para el sitio de Ámsterdam.

 

Carlos doce, rey de China,

En medio de este rumor

Dictaba sobre un tambor

Varias cartas a Agripina:

Y el Cardenal de la Mina

Que era un soldado sencillo.

Le envió a Horacio en un anillo

Por prendas muy delicadas,

Seis esmeraldas rosadas

Con un granate amarillo.

 

Sabiendo esta quisi-cosa

Don Homero y don Virgilio

Le escribieron a Pompilio

Cinco décimas en prosa:

La princesa Sinforosa

Se quejó por esto al Cid,

Y entonces allá en Madrid

Los doce pares de Francia,

Compusieron a su instancia

Los Salmos del Rey David.

 

El devoto rey Melchor

Que fue blanco como armiño,

Mandó por presente un niño

A Nabuco Donosor:

Don Lincoya inquisidor

Lo tuvo a muy mal agüero,

Y entonces aquel guerrero

Llamado Juan de la Encina,

Puso presos en Medina

A Ercilla, Solís y Azuero.

 

Entre el Géminis y Acuario

Y el camino de Helicona

Atacaron a Pomona

Los ejércitos de Mario:

Y el capitán Belisario

Que fue insigne por su arresto,

Quedó para siempre expuesto

Entre ciegos peregrinos

Andando por los caminos

Apoyado a un anapesto.

 

Pasando por Erimanto

EI Hércules con su clava

Encontró a la reina Cava

Convertida en el Crisanto:

Bebió el agua del río Janto

Al pasar por Dinamarca,

Y de aquí con una barca

Él y Timantes pintor

Arribaron al Tabor

Donde vieron al Petrarca.

 

Cuenta por fin Eliodoro

Que nació caso (inaudito)

De una liendra un gran mosquito

Y de este mosquito un toro:

Esto publicaba un loro

Muy ufano en Puerto-Rico,

Cuando alzando en el Guarico

Alto vuelo un tomeguín,

Fue a parar hasta Turín

Con un camello en el pico.

 

Mitrídades, gran visir,

Sabio en las reglas de su arte,

Conquistó con Bonaparte

El gran fuerte de Aboukir:

Después hicieron construir

Desde Egipto hasta la China

Un puente de cornalina,

Y antes de ponerse el sol

Asaltaron al Mogol,

Y triunfan en Salamina.

 

Ya sobre aquel hemisferio

Se veían sin disfraz sus reflejos

de la paz dibujados por Tiberio:

Mas después con vituperio

Los borró del horizonte

El terrible Faetonte,

Porque este desde la Rioja

Incendió con bala roja

La barquilla de Aqueronte.


jueves, 24 de marzo de 2022

Palabras que se escriben con v inicial


J. M. Marroquin


Con v escríbense válvula, vaca,

Vanagloria, vasija, venero,

Vaticinio, valor, vocinglero,

Vegetando, valer, vacilar.

Y vaivenes, vedija, vascuence

Con vasallo, varar y vecino,

Vaina, vale con vástago, vino

Y verdugo con vera vaciar.

Y viador con vehículo, vaso

Verifica, vernal y veleta,

Vendimiando, vermífugo, veta

Y vehemente, verbal y volver.

Vasto, vega, vedar, verisímil,

Vaque, valle, vanguardia; vejiga,

Y vindicta con vómito, viga,

Vanidad, vericueto, vencer.

Vilipendio, veneno, vocea

Vate, vara, vagar, voluptuoso,

Veinte, velo, vengar o valioso,

En volandas, venial y vestir.

Viudo, viña, vereda, valúo

Y vestigio, vetusto, vigente,

Volantones, verano, valiente

Vianda, vicio, verruga, visir.

Verbo, Venus, vergüenza, vestiglo

Verde, vaya, vapor, verdolaga,

Vendaval con vestíbulo, vaga,

Vislumbrar con verídico y voz.

Vid, vigilia, vorágine, verja,

Con vosotros, violar y venablo.

Villancico, vinagre, vocablo,

Viernes, vice, vuecencia, veloz,

Vituperio, viruta, voltea

Vade, voto, voleo, valido

Con volumen, violáceo, vagido

Y viaraza, vergel, veleidad.

Viajar, vuelo, vigésimo, vacuo

Y vacuno con víspera, vía,

Virgen, virus, vitela, vigía,

Vos, volcán, volapié, voluntad.

Vende, venia, vitriolo, visera

Con verraco, vibrar y vicario,

Vuestro, vello con viático y vario

Veterano, violeta, varón,

Viso, vena, verdad y voluble

Con vizconde, vapula, vihuela,

Vocación y visita, viruela

Vindicado, violín y vellón.

Y visage, vulgares y víbora

Vulnerar con vulpeja y venado,

Vuelco, viola con víctima y vado,

Voraz, vido con válido y vil.

Y con víscera, vez y volátil

Y vajilla, volar, vejestorio

Con voltario, vigor, venatorio

Y volante, visar, varonil. 



miércoles, 16 de marzo de 2022

Muerte de Joyce

 

 

  José Lezama Lima


 Ya sabemos el camino del profesor solitario. Va desde el benedictino en su torre de Sicilia hasta el maestro de Berlitz. Decididos unos en llegar a profesor solitario y otros a la ataraxia estoica de otra clase de soledad. Este profesor de Berlitz muere silenciosamente después de haber vivido en olor de buen escándalo: unos comparándole con Dante, otros considerándolo como una “curiosidad”. Sus mezclas, la complicación de sus preferencias: desde el intento y la manera de los isabelinos hasta la física de lenguaje encarnada en el fonógrafo de la Berlitz. Durante mucho tiempo, para aumentar sus peligros los lectores del cuantiosos Ulises reclamaban la escena del burdel, los monólogos, abandonando la polémica sobreel Hamleten la Dublín Library, o la bellísima página sobre el color y lo vital: “The varius colours significant of various negrees of vitality, yellow, crimson, vermilion, cinnabar.” Un tipo especial de lector se obstinaba en crear un Joyce especial, viéndolo hermano mayor del surrealismo, revestido de la muralla del conocimiento de todas las lenguas románicas, griego y latín, babélico, imposible, babilónico, rabelesiano, continuador de simbolistas menores. Hoy vamos viendo que aquella obra se hizo como se hacen todas las obras: la lucha adolescente entre el sexo y el dogma, el ritmo de la voz y cierta heterodoxia superficial que va en busca de una ortodoxia central. Un nuevo tipo de lector reclamará enseguida para Joyce la delicia y la seguridad de sus fuentes. Los Ejercicios provocando furias, rectificaciones, leído como manual de retórica y como coro de disciplinantes. Enseñando a escribir: “de manera que una sola palabra se diga entre un anhelito y otro, y mientras durare el tiempo de un anhelito a otro”. Saliendo también de los Ejercicios la obstinación en una palabra, la evocación de los tres binarios de hombre. Y es el ángel –no su alabanza-, sino como cuchilla. Postrimerías, juicios e infierno y el azufre desprendido por el rey de los orgullosos, temas de la adolescencia jesuítica de Joyce. Si Stuart Gilbert ha señalado en el Ulises la parodia de las aventuras de Odisea, igualmente podemos señalar la reminiscencia de la teología jesuítica en sus temas más utilizados. Asmodeo: ex querubín, dirigiendo el tema de la carne: burdel, parto, excrecencias; Mamón: los numerosos judíos que aparecen en su obra; Belzebuth: la magia, la cábala, la furia por penetrar y animar el mundo exterior, la parodia que hace la jerarquía infernal de la celestial. Todo eso derivado también de los Ejercicios: “y los cielos, sol, luna, estrellas y elementos, frutos, aves, peces y animales, y la tierra, como no se ha abierto para sorberme criando nuevos infiernos para siempre penar en ellos”.

 Si se le señala su artesanía, sus furias, pero separándole siempre la artesanía del modo, y la furia, que tiene que pegarse con sustancia, de la ironía filológica, que quisiera definir la poesía como la pervivencia del tipo fonético por la vitalidad interna del gesto vocálico que la integra. ¡Cuidado con la filología! Que Joyce fue también por otros caminos pruébalo aquel delicioso Portrait en que hay una simultaneidad entre el Eros y su encarnación y el artista que ve surgir de ese apetito la forma. Ahora que la marcha de su obra se detiene, pidamos el nuevo lector que ya él se había ganado. Si él había afirmado que a su obra le había dedicado su vida, y que por lo tanto reclamaba que el lector le entregara su vida también, deseémosle este tercer lector capaz de jugarse su vida en una lectura, no afanoso de suceder sus preferencias, sino que tenga para una sola lectura la presencia y la esencia de todos sus días. ¿Merece Joyce ese lector? Ahora, que ya tiene suficiente silencio, es cuando irá surgiendo la respuesta, o ganándose definitivamente este tercer lector. El solo y misterio lector resuelto como un escriba egipcio.

                                                                                                    Marzo, 1941  

 

miércoles, 9 de marzo de 2022

Evelina

 
                  

                    Social, julio 1932, pp. 16-74. 


sábado, 5 de marzo de 2022