Ismael González Castañer
Una vez miraba lunas sobre nubes
y después sobre árboles y tierra jardinera y quise contarlo a alguien. También
debía decirle que extrañaba a alguien, o a Usted precisamente/Usted, pues yo hablo con respeto
a todo mi interlocutor y me comporto siempre como un ángel.
De verdad necesito lugares y
modos de verdadera vida.
La luna entraba por los ojos
cuando las nubes contrarias le daban vista, luego me dije: "Mejor
tiéndete/ ¡Acaba de hacerlo alguna vez, por Dios, o por los dioses que no tienes!"
Y trepé allí y escalé como un
niño que canta lo vivo, perdiendo horas de sueño, sabiendo que debía dormirlas
porque mañana favorezco trabajos como un ángel.
De Mercados Verdaderos
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