lunes, 23 de mayo de 2011

.... Diremos del caimán alguna cosa




 Es una especie de cocodrilo, que en esta isla se halla en número considerable, y entre ellos algunos de una corpulencia horrible: se han visto de 70 pies de longitud y 12 de latitud. Tales animales usan de una maravillosa sutilidad para buscar de comer; y es que se ponen en las entradas de algunas riberas, sin moverse más que si fuesen un árbol viejo caído en las aguas, nadando encima sin más movimiento propio que el que las olas causan; mas no se alejan de la tierra aguardando que algún jabalí o vaca salvaje vengan a beber y refrigerarse a las orillas, en cuyas ocasiones saben cogerlos inmediatamente con tal vivacidad, que atrayéndolos a la profundidad los hacen ahogar. Lo más que se debe notar y admirar es que tres o cuatro días antes que vayan los caimanes a tal caza, no comen cosa alguna, mas yendo para el agua se tragan 100 o 200 libras de piedras; por cuyo medio se hacen más pesantez y aumentan a sus fuerzas (que son grandes) esta carga para hacer más asegurado el asalto: anegada ya la presa, la dejan cuatro o cinco días intacta, pues no sabrían morderla a no estar medio podrida, pero llegando a tal putrefacción se la comen con buen apetito y sabor. Si pueden agarrar algunas pieles de bestias que ordinariamente ponen a secar los moradores de la Isla al sol en la campaña cerca de algunas riberas, las tiran y arrastran dentro del agua, donde las dejan algunos días bien cargadas de piedras hasta que se las cae el pelo, de cuya suerte las engullen no con menos presteza que los mismos animales si los cogieran. He visto yo mismo duplicadas veces tales acciones; y dejando mi experiencia particular a parte, diré que muchos historiadores han hecho tratados enteros de estos animales, tanto explicando su figura, cantidad y cualidades ordinarias, cuanto su vida y brutales inclinaciones, que como he referido son raras. Un hombre de reputación y crédito me contó haber estado cierto día cerca de una ribera lavando su barraca o tienda, y que al punto de su llegada a las aguas, que comenzó a lavar, vino un caimán que con furia intrépida le arrebató de las manos la tienda, y con celeridad la sumergió. Quería el hombre ver en que paraba el caso, y tiraba por el lado opuesto con toda su fuerza, teniendo un cuchillo entre los dientes para defenderse en urgente necesidad, mas echándose el caimán sobre él, le tiró al agua con grande ímpetu, cargándose encima para ahogarle: hallábase este hombre a toda extremidad, con que dio al caimán una puñalada en el vientre de la cual en poco tiempo murió. Sacóle después a la orilla al cual abrió y tiró fuera de su estómago cerca de 100 libras de piedra tan grande cada una como un puño.


 Vanse los caimanes de ordinario siguiendo las moscas para tragarlas, y tienen ciertas escamas entre la carne y pellejo que huelen a almizcle: donde alguna de ellas llegan a picar; con que son perseguidos, y persiguen a estos insectos con simpatía irreconciliable. El modo de fermentar y prolificar sus hijuelos, es éste: lléganse a las arenas de alguna ribera que esté expuesta a los rayos del sol meridiano, entre las cuales echan sus huevos cubriéndolos con su pata, que después hallan fermentado y con sus embriones por medio del calor de Febo, los cuales luego que se hallan fuera de la membrana oval, se van por curso natural al agua. Las madres en tiempo que pueden tener algún temor de avenidas de pájaros, que los suelen descubrir, escarbándolos en la arena y rompiéndolos se los tragan y guardan en su estómago de noche, y de tiempo en tiempo, mientras de día los vuelven a echar como dije, hasta que llega la sazón referida de salir de la membrana, que entonces si la madre está cerca, se van y juegan con ella, regocijándose juntos a su modo; entrando y saliendo en su cuerpo como conejos en la vivera (1): he visto estos torneos muchas veces hallándome de la otra parte a las orillas de una ribera, y tirando hacia ellos una piedra, los pequeñuelos se metieron todos dentro de la madre, huyendo de los peligros exteriores. El modo referido de procrear estos animales es siempre el mismo, que no tienen, ni hacen que sólo una vez al año y esta por el mes de mayo. Diéronles en este país por nombre cocodrilos, aunque en otros los llaman caimanes.

1) Este hecho no es creíble porque lo desmiente la anatomía y fisiología del animal.—LL.RR.


El Colibrí, tomo I, no 1, 1847, pp. 146-48.

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