Los climas tropicales -según el Dr. Ritter, miembro
distinguido de la Facultad de Medicina de París- son pródigos en fenómenos
animales. Nacen niños con dos cabezas y un solo ojo, a semejanza de los
fabulosos cíclopes; serpientes con los anillos simulando paisajes luminosos;
párvulos hermafroditas, es decir, que reúnen en su individuo al sexo masculino
y al femenino; enanos monstruosos, jorobados etc. etc. etc. Según el eminente
fisiólogo, débese esa acumulación de fenómenos, a la cantidad de gases en
combustión esparcidos en la atmósfera, que debilitan la generación y el
desarrollo de los individuos y de las especies.
***
Cualquier extranjero que se pasee por las calles de San Miguel y adyacentes, en La Habana, quedará sorprendido al ver unos tipos inverosímiles: de la cintura para arriba son mujeres; pero de la cintura para abajo son hombres; pero de los pies a la cabeza no son hombres ni mujeres. Se inclinan, no obstante, a este género más que a aquél: sus ademanes son tímidos, como los de una señorita; su paseo es, audazmente erótico, como el de una Mesalina; y sus movimientos son escandalosamente ninfomaníacos: Peinado a lo Capoul: en la noche se visten de muger, con desechos, de las ropas de las prostitutas. Fingen los nueve meses del período de embarazo y dan a luz… un muñeco de trapo! Llevan nombres femeninos: uno se llama Princesa; otro Mulata; otro Mallorquina; el de más allá se apellida Matilde. Mantienen relaciones de pederastia entre unos y otros, padecen celos y enamoran a los hombres.
Hacen las delicias de las mujeres públicas, de quienes son sirvientes: para cocinar son excelentes y muy limpios.
Son petite chasse…
***
¿Los maricones de San
Miguel y otras calles, y casas de prostitutos, ¿deben ser tolerados por
la autoridad?
Los espartanos no
permitían que los niños deformes vivieran: su organización esencialmente
guerrera y viril, rechazaba esas criaturas inútiles.
¿La ley no puede
corregir lo que la naturaleza se ha burlado en crear?
No queremos que se suprima a estos individuos;
sí, que no se toleren sus vicios en asociación, ni menos en explotación.
Si el Sr. Conde de Ibáñez,
hombre casto no reprime esos escándalos, lo sentenciaremos a encierro perpetuo
con los maricones. No sería muy agradable pero podría ser ejemplar.
Rifamos al conde entre
“La Princesa” y “La Mallorquina”
¿Quién sacará el premio
gordo?
La Conga
“Los maricones”, La
Cebolla. Periódico ilustrado. Órgano oficial del partido de su nombre (La
Habana), Año I, Núm. 1, domingo 9 de septiembre de 1888.
No hay comentarios:
Publicar un comentario