miércoles, 8 de junio de 2016

Se lee lentamente



  Armando Leyva

 La prosa en Cuba; Evolución de la cultura cubana, 1928, La Habana, Imp. Montalvo y Cardenas


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 LAS HORAS SILENCIOSAS. (Cuentos y crónicas). Santiago de Cuba. Empresa editorial "El Sol". S. A. 1920. S.A., 208 p.
  
 En la melancólica evocación de los recuerdos que el hombre mira al detenerse un instante en la senda, que ve cubiertos por el sudario de los años; en las rememoraciones de cosas y almas idas es Armando Leyva un maestro. La novela que inicia este volumen, La enemiga, tiene todo el encanto de las novelas vividas y recordadas entre las emociones y alegrías del pasado. Las figuras principales, Ketty y María Luisa, se perfilan con vigorosa personalidad. Las escenas son un poco precipitadas, y se desearía que el autor prolongara ciertos estados de ánimo y diera más detalles.

 El estilo de Leyva, a pesar del esmero literario y de la belleza y la corrección, es el propio de un hombre de las selvas. La bravía pujanza de las tierras orientales vive en estas gratas páginas de ensoñación y de recuerdo.

  Forman el libro, además de La enemiga, cuentos y crónicas tomados de la colaboración constante de Leyva en el Diario de Cuba. De los cuentos, algunos son deliciosos poemas: La última bañista, Sobre el mar, Como las golondrinas, Página de una novela rota, Los ojos de los muertos, Los muertos vuelven, Las voces de los muertos. Hay crónicas bellísimas: Cartas de amor, Cansera, El libro viejo, La puerta, y Se lee lentamente.


 Cuba contemporánea, septiembre de 1920. 
 

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