Antonio Eulogio Hernández Alemán (1857-1918), más conocido como Seboruco, o el Vate Imán, publicó en 1880 este puñado de estrofas un tanto disparatadas y divertidas. Aquí la emprende contra algún personajillo de la burocracia matancera, la cual traspola, a pura pedrada, a la Rusia de Alejandro II. Pero el Brigadier de los furrieles del Zar cuyo retrato presenta, igual o mejor que Mestre -dizque gogolianamente-, le sale castizo. Al parecer, esta hoja suelta apareció traspapelada en un Reglamento de la Sociedad de Beneficencia de Matanzas, la Atenas de Cuba.
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