martes, 19 de julio de 2011

Con más nada que hierba

 




 Chinos.—Todas las tardes va gran número de gente a ver a los colonos asiáticos en el depósito situado en el Cerro. Sus facciones no son desagradables, y aun algunas delicadas, su color oscuro, como el cobre, y su carácter pacífico y complaciente; están raramente vestidos, tocan varios instrumentos, su pelo es tan largo como el de una mujer teniéndole tejido en una gruesa trenza y rodeado a la cabeza. Los que concurren a verlos les preguntan por señas, y ellos contestan del mismo modo sonriéndose y así se pasa el rato agradablemente.


 (…) Ya han venido más chinos a la Habana, y en verdad que nos alegramos, porque esto nos distraerá. Ayer hemos estado a verlos y nos hemos reído mucho con sus gestos y sus visages. Nuestras lectoras pueden ir a verlos al depósito del Cerro si quieren reírse un rato.


 El médico chino.—El médico chino llama hoy en La Habana la atención de todo el mundo, todos van a consultarle y todos quieren verle. Es mucho con el médico chino. Dicen que cura muy bien con nada más que yerba.


 Todavía acuden gran número de enfermos a consultar al médico chino, que parece ha hecho últimamente curas de mucha importancia. Hay quien tiene gran confianza en él, y han dicho en estos días que ha hecho más de doce mil pesos. 



La Semana Literaria, o Compañero de las Damas, Volumen, 1, La Habana, Imprenta de M. soler, Calle de la Muralla, 82, 1847, pp. 28 y 60.

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