A los Señores Directores de Hospitales que tienen Sala de Observación de Presuntos enajenados.
Señores:
Los casos recientemente acaecidos de
enajenados fallecidos, uno en la travesía de un puerto de la costa Norte al de
la Habana y otro en el tren que lo conducía de Batabanó a Mazorra, a
consecuencia ambos, de afecciones crónicas intercurrentes con su estado mental,
me obligan a dirigirme a ustedes para suplicarles que no envíen al Hospital de
Dementes aquellos individuos que —padeciendo de males ya en período muy
avanzado— corran el riesgo de fallecer en el camino, evitando a la vez una terminación anticipada al paciente y
un espectáculo harto triste al público que puede, con razón, hacer
comentarios en que no quede muy bien
parada la Beneficencia Pública.
Soy de usted atentamente,
J. M. Plá,
Comisionado de Dementes