lunes, 13 de mayo de 2019

Pura poesía


 Poemas en menguante, por Mariano Brull, París, 1928. 


 Puede decirse —debe decirse— ya lo han dicho— que el libro de Mariano Brull es el libro del año literario de Cuba —ay, fuera de nosotros. Lejos. También espiritualmente. Tan lejos de nuestra pobre burguesía intelectual. Un blancor de luna hecho para ilustrar íntimos cielos. "A la mar de junio"... Alegre. Nosotros en la tierra de enero. 
 Poesía pura. ¿Existe? Ahí están los poemas de M. B. Pura poesía. El verso, porque sí. Por armonía. Por juego de agua clara. Una interferencia de luces. Alma que sale a respirar y dice su palabra a los cuatro vientos. La perfección del esotérico ritmo henchido de sí mismo y hacedor de la estrofa ilimitada. Las palabras, aladas, únense libremente por fuerza de su esencia. Er con Er. Mariano Brull: dentro, la consonancia lírica de los vocablos. Tú sabes de eso, verdad, Marinello? Y acaso, también yo... 
 Pues nuestra aldea vése asombrada. —No. Si nadie ha visto el libro. —Y nosotros, no somos de la aldea? —Bien. Nosotros estamos asombrados. Libro feliz. Nos trae interiores para nuestra decoración espiritual. Picasso. Valery. Y una fotografía de Europa. De esa Europa que ignoran los turistas, ebrios en el andar de la caravana acéfala. Dije Europa, y limité mi pensamiento. Del mundo. La palabra es buena. MUNDO. Orbe en que trazan sus órbitas planetas en fugaz viaje estelar. Estelas ígneas, rastro de luz viva. Agua de lumínicas escamas. Todo en aérea, frágil trayectoria. He aquí el mundo de la poesía pura. A qué la lógica, si ella encarcela el alma? Lógica, la de las palabras bellas. La del sonar del mar arcano. 
 Lógica en luz azul de luna buena. Sin llanto ni dolor. Luna, por Luna. Porque es linda su luz. No porque es fría. "A la mar de junio". Rebota en la mar el ala pasajera. Y el agua la salpica en sal marina y seca el sol con luz de oro las alas. Lógica alegre del reír sin causa. Risa, tan abstraída de sí misma, que apenas sabe el eco de su fiesta. 
 Versos de Mariano Brull, incoherentes al parecer. "Todo el paisaje. Lejos. Cerca. El día en todas partes". Y, sin embargo, qué red secreta y luminosa los une! Rayos que acercan las palabras solas, aisladas en el centro de la noche. Constelación de ritmos y de luces blancas. Zodíaco poblado de signos que regresan de iniciarse en luces recién amanecidas. 

 Eugenio Florit.

 Revista de Avance, 15 de enero 1929, p. 25.

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