José Vasconcelos
Mi querido García
Monge: Por su benemérito Repertorio me entero del reciente manifiesto del Grupo
Minorista de la Habana. Por la prensa diaria había sabido de las persecuciones
que se han desencadenado sobre el grupo que representa todo el corazón generoso
de Cuba, sólo porque cumplió con su deber protestando contra la prórroga de
poderes, del mando presidencial, del General Machado. Desde que supe que el
gobierno de este caballero en el brazo de la tiranía del Presidente Calles para
perseguir en La Habana a los refugiados políticos de mi patria, comprendí que
el contagio mexicano iba a causar serios daños a la “Cuba Libre” de la canción
de la guerra de independencia.
Mientras Obregón se
reelige en México, -pasando sobre los cadáveres de más de cien mil patriotas
que en quince años de revolución han caído defendiendo el principio democrático
de la no reelección-, tres millones o más de mexicanos se refugian en los
Estados Unidos huyendo de la miseria que crean las tiranías y de los pelotones
para las ejecuciones sumarias de los descontentos y rebeldes.
Mientras Machado se
prolonga el periodo de mando en Cuba, los mejor jóvenes cubanos, los más
inteligentes, los más puros, los más patriotas; la esperanza de Cuba, entra en
la cárcel o padece proscripciones y amenazas. Como que una violación de la ley
trae como anillo de una cadena inseparable, todo una serie maldita de
atropellos y calamidades.
Mientras Leguía se
solaza en su imperio absoluto y vitalicio del Perú, también allá, cae otro
grupo que era antorcha en las sombras y esperanza en la angustia. Los redactores
de Amuata, con el heroico y clarividente José Carlos Mariátegui a la cabeza,
van a la cárcel o se ven obligados a dispersarse y a callar. Silencio, antes
que nada silencio, eso es lo que exige el crimen.
Todos clamamos en
América en contra de la amenaza imperialista norteamericana; por son pocos los
que comprenden que es todavía más inminente el peligro que incubamos con
nuestra sumisión a la ignominia interna. La oleada de fascismo y despotismo que
se propaga por toda nuestra América, es más peligrosa para la integridad de
nuestros destinos que todos los cañones de la escuadra norteamericana. Porque los
pueblos libros tarde o temprano se sacuden la tiranía exterior. Pero a los
pueblos esclavizados no es menester conquistarlos, basta comprarlos.
¿En dónde está la
conciencia de América que no iza bandera de luto por la consolidación de la
tiranía en tres pueblos grandes que han solido ser libro: México, Cuba y Perú?
Bandera de luto y de reivindicación!
Emilio Roig de
Leuchsenring, Jorge Mañach, Rubén Martínez Villena, José A. Fernández de
Castro, Juan Marinello, Tallet, todos los demás: una tarde con honras de anhelo
y gloria fui de los vuestros. Recuerdo que entonces, casi no me creíais el
relato que os presentaba del fondo siniestro de la situación mexicana. Yo también
me mostraba un tanto optimista delante de los temores vuestros de ver
consolidarse una tiranía en Cuba. Desgraciadamente los sucesos nos van dando la
razón, pero no se atreven a poner en nuestras manos el poder que podría
castigar enderezando.
Por lo menos, ya no
habrá hoy un solo pecho honrado capaz de negar nuestras terribles previsiones. Nuestra
América va al abismo y no ha de salvarse mientras sigan siendo ustedes,
mientras sigamos siendo todos nosotros: Mariátegui y socios en el Perú. Manuel Ugarte, Palacios y cien más en la
Argentina, cien en cada pueblo, pero todos de la minoría. Si no nos volvemos
mayorías, nuestras patrias se perderán. Está visto que nada conseguimos con
hacer bello papeles de víctima: es menester que la virtud se haga respetar con
el poder. La sociedad vive de imposiciones pero sólo cuando son los buenos los
que se imponen a los malos, los pobres pueblos levantan, siquiera sea un
instante, la esperanza. Veo muy lejano
el cambio; pero no hay otra solución que el cambio. La latinidad padece lepra
desde Italia hasta Chile. La lepra del
despotismo. Fascistas, personalistas, reeleccionistas, esclavos, cuando llegue
el yankee no haréis sino cambiar de patrón.
Repertorio Americano, Vol. XV, núm. 16, 29 de octubre de
1927, p. 242.
Imagen, Diario de la Marina, 24 de agosto de 1930, con el siguiente pie:
Imagen, Diario de la Marina, 24 de agosto de 1930, con el siguiente pie:
No hay comentarios:
Publicar un comentario