Umberto Saba
Navegué en mi juventud a lo largo
de las costas dálmatas. A flor de ola
emergían islotes donde rara vez
se posaba un pájaro tras su presa;
cubiertos de algas, resbalosos al sol,
bellos como esmeraldas. Cuando
la alta marea y la noche los abolían,
velas a sotavento se desbandaban
huyendo mar adentro de la asechanza.
Hoy mi reino es esa tierra de nadie.
El puerto enciende para otros sus luces,
pero a mí me empuja mar adentro
un espíritu no domado aún
y de la vida el doloroso amor.
Nella mia giovanezza ho navigato
lungo le coste dalmate. Isolotti
a fior d’onda
emergevano, ove raro
un Uccello sostava intento a prede.
Coperti d’alghe, scivolosi al sole
belli come smeraldi. Quando l’alta
marea e la notte li annullava, vele
sottovento sbandavano più al largo,
per fuggirne l’insidia. Oggi il mio regno
è quella terra di
nessuno. Il porto
accende ad altri i suoi lumi, me al largo
sospigne ancora il non domato spirito,
e della vita il doloroso amore.
Versión: Pedro Marqués de Armas
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