sábado, 16 de agosto de 2014

Noticia de Charles DeForest Fredricks







 Tenemos en nuestro hotel a un distinguido fotógrafo de Nueva York, que cuenta con un elegante establecimiento en Broadway. Ha dicho que las dificultades entre el Norte y el Sur han afectado tanto todas las ramas de la actividad comercial, que se ha visto obligado a venir a Cuba para ocuparse de algunos menesteres.


 Ha tenido un golpe de suerte con su adopción por el Capitán General y su bella dama, y está dispuesto a "seguir adelante" con furia.


 Tiene un estudio en La Habana, otro aquí [se refiere a Trinidad, 1860], y acaba de enviar a dos de sus hombres para abrir otro en Cienfuegos. Hay cinco artistas trabajando sus fotos en este sitio, y los pedidos están llegando rápidamente. 


 Las fotografías coloreadas nunca antes se habían visto  aquí, y como la población es muy rica, nuestro amigo atrae a una multitud, y al mismo tiempo, con ella, puede atraer unas onzas, que son abundantes entre los criollos acomodados.  


 Nos pasamos un día por su habitación y lo encontramos hablando con el recién llegado Gobernador de este Departamento, que se encontraba completamente trajeado. 
  

 Las imágenes de tamaño natural están muy bien, pero, a diez gramos, resultan para nosotros dolorosamente caras (...).



 Gibbes, Robert W. (Robert Wilson, 1809-1866), Cuba for invalids, 1860, p. 34. 

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