lunes, 17 de mayo de 2021

Sobre la inmortal leyenda de Oscar Wilde

 

 Se cumplen 132 años del nacimiento de Alfonso Reyes. Lo celebramos con el primero de los artículos que publicó en Cuba, que es también el primero que publicó fuera de México: “Sobre la inmortal leyenda de Oscar Wilde”, El Fígaro, 12 de septiembre de 1909. 

 Deslumbrados, los redactores acompañaron el artículo con un retrato suyo y un breve comentario en el que lo asimilan, más por el género (“noticia literaria”) que por el estilo, a Mallarmé.

 El texto no fue incluido en Cuestiones estéticas (1911). Tampoco, por lo visto, apareció en ninguna revista mexicana, tratándose de una colaboración exclusiva para El Fígaro.

 En esos años Wilde constituía uno de los principales referentes de Reyes, como puede apreciarse en la correspondencia con Henríquez Ureña y en otros varios artículos. 

 Reyes encontró en Wilde un modelo de crítica creadora: cultural, literaria, gestual en cierto modo, subjetiva, deliberada, trangresora. 

 El gusto por las paradojas, por las sentencias fuertes o definitivas, puede encontrarse incluso en ensayos ya analíticos como el que dedica a Augusto de Armas. En aquella crítica que molestó a tantos en Cuba -entre ellos a Poveda, quien no se privó de responderle- por lo mal parado que dejaba al poeta parnasiano, concluía, casi como remediando su propia mortal estocada: 

 “Los poetas debieran vivir muy intensamente y probar todas las solicitaciones vitales. Si en ello se perdiere la vida, ¡qué importa! Repitamos con Oscar Wilde: a no haber dejado una obra de arte, queda todavía haber sido una obra de arte”.

 Las exigencias del conocimiento hicieron de Reyes un observador más agudo y también -en consecuencia- más mesurado. 


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