lunes, 10 de diciembre de 2018

Blues del impertérrito



  Atilio Caballero

 Haz como el águila o el leopardo que no suelen  reprocharse nada. O el albatros. ¿Has visto el albatros? Nunca piensa en la majestuosidad de su caída.

 El corazón de una orca -dicen- pesa cien kilogramos pero, en lo esencial, es “liviano como una pluma”. Deja ya de admirarte en el cuchillo del carnicero como si fuera un espejo de putas.

 Y si no, dime, belleza; ¿en qué banco, en qué estación de policía has dejado tu nombre? ¿En qué urinario? Oh, sí, el corazón de una ballena el corazón de una ballena es igual a mi pudor, esa cerámica nívea y aromatizada de los mingitorios comunales. Ven, te lo diré otra vez: el albatros, el cetáceo, el  corazón del urinario público.



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