José Sixto de Sola
Son los
primeros aviadores que han dado gloria a Cuba en el campo de la moderna
conquista del aire. Las figuras del intrépido Rosillo y del temerario Parlá,
son figuras nacionales. Pero ya que de la conquista del aire se trata,
dediquemos en estas líneas un recuerdo al primer cubano que se elevó en los aires
entre nosotros: José Domingo Blinó, corcovado y de oficio hojalatero, fue el
primer aeronauta cubano. Practicó su primera ascensión en 3 de mayo de 1831,
con gran entusiasmo de los vecinos de la Habana, como lo demuestra el hecho de
que algunos años después se publicara un tomo de más de cien páginas, con este
título: Colecciones de todas las poesías que se han publicado en esta
Ciudad en elogio del aeronauta cubano D. Domingo Blinó, entre las
que aparece un soneto de Ramón Vélez Herrera. (Diccionario... de
Calcagno.)
Y dediquemos
un recuerdo también a otro arrojado individuo, Matías Pérez, nacido en Portugal
y vecino de la Habana, quien pereció en esta ciudad en la segunda ascensión que
practicó, dejando un cuaderno de extravagantes décimas impreso en elogio de su
"heroísmo inaudito". (Calcagno.)
Respecto de
Rosillo y de Parla, todavía no se han escrito tomos de poesía; pero acerca del
primero sí existe un folleto titulado La
Aviación en Cuba, por Víctor Muñoz, que tiene este subtítulo: "Un
recuerdo del famoso aviador cubano Domingo Rosillo. Su arriesgado vuelo Key
West-Habana, que dio gloria a la patria cubana en el sublime Sport"
(Habana, Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y Cía., 1914). Y de este folleto
es de donde tomamos los datos que de Rosillo damos aquí a los lectores de CUBA
CONTEMPORÁNEA:
“Domingo
Rosillo empezó sus estudios y prácticas en la escuela de la Vidamée en París,
Francia, sobre aeroplanos llamados entonces Morane-Borel; llevó consigo a su
hermano Deogracias, y este último se dedicaba al estudio mecánico de los
aviones.
Una vez
hechos sus estudios y prácticas en la escuela Morane-Borel, pasó después a la
escuela Bleriot, a fin de practicar en los modelos de éste y otros sistemas;
estudió y practicó a conciencia con grandes elogios por parte de sus
condiscípulos y maestros que lo felicitaban cada vez con más calor, porque
veían los grandes progresos que nuestro simpático amigo y compatriota hacía.
Volvió nuevamente a la escuela de Villacoublay de Morane Saulnier donde es hoy
uno de los pilotos oficiales de la importante escuela.
Llegó el día
de prueba, el día de examen, y en el hermoso aeródromo de Villacoublay, ante el
jurado o tribunal de examen, que lo componían seis miembros del Aereo Club
Internacional de la Francia y los Directores de las dos escuelas Bleriot y
Morel, y con una inmensa multitud de amateurs y espectadores, sufrió su examen,
hizo sus prácticas, realizó varios hermosos y emocionantes vuelos, dos de ellos
sobre la Ciudad de París, circundando la Torre Eiffel, y demostrando su
capacidad y arrojo obtuvo un diploma o título de Piloto oficial, hasta que
decidió regresar a la hermosa patria cubana, a conquistar merecidos triunfos.
Sus
condiscípulos le ovacionaron y felicitaron calurosamente y Domingo Rosillo
quiso demostrar su amor a Cuba, y prueba tenemos todos de ello.
Vodrines,
Brindejoinc des Moulinais, Pegoud, Oarros y otros famosos pilotos, gloria de la
gran nación francesa, han sido y son los compañeros que en más de una ocasión
han dado mitins de aviación en unión del intrépido aviador cubano.
Su hermano
Deogracias no desaprovechó el tiempo; así que cuando Domingo ya era Piloto
oficial de la escuela Morane, él ya era también un hábil mecánico de aviación,
y varias veces se elevó con él.
¡Qué honda
satisfacción se siente en el alma y en el corazón cuando se consigue un fin!
Domingo Rosillo, una vez que obtuvo su título, no por eso se lanzó a
excursionar; siguió prestando servicios con su condiscípulo, el gran Roland Garros,
y París lo conocía ya por sus especiales y sugestivos virajes, y era frecuente oir:
"voilá le cubain Rosillo": mirad, decían los curiosos, al cubano
Bosillo.
Por fin
embarcó para Cuba, vía New York, y arribó a la Habana el seis de Marzo de 1913,
acompañado de Jules Deón, uno de los primeros maestros mecánicos de la
importante casa Morane, y como auxiliar experto, su hermano Deogracias
Rosillo.”
Celebra en
seguida Rosillo aquí una exhibición de aviación y realiza diversos vuelos
brillantes que cautivan la admiración del público.
En 11 de
abril de 1913, bate el "record" de altura que el año anterior había
establecido en Cuba Roland Garros. Éste subió a seis mil novecientos ochenta
pies: Rosillo alcanzó una altura de siete mil ochocientos cincuenta pies,
rompiendo el record de Cuba y ganando el premio de cinco mil pesos ofrecido por
el Ayuntamiento de la Habana.
El 17 de mayo
del mismo año, realiza su hazaña que le ha dado fama mundial, y que, con la de
Parla al día siguiente, ha colocado a Cuba en el mapa de la aviación; lleva a
cabo el vuelo de Key West a la Habana, en el que había anteriormente fracasado el
célebre aviador Mac Curdy.
Recorrió las
noventa millas que separan a Key West de la Habana, en dos horas treinta
minutos y cuarenta y cuatro segundos. En aquella fecha, fue, después del viaje
de Garros por sobre el Mediterráneo, el recorrido más largo que se había hecho en
aeroplano sobre el océano. Con esta hazaña conquistó Rosillo el premio de $
10,000 en oro norteamericano, ofrecido por el Ayuntamiento de la Habana al
aviador cubano que primero viniese de los Estados Unidos a Cuba en aeroplano.
Con el
importe del premio se compró Rosillo un soberbio aeroplano Morane, con un motor
de ochenta caballos, que es el que actualmente utiliza para sus vuelos.
Después del
vuelo Key West-Habana, realizó una excursión por toda la República, dando exhibiciones
en las poblaciones más importantes. Y finalmente, en 25 de febrero de 1914, se transportó
en su aeroplano desde Pinar del Río a la Habana, en una hora y diez y seis
minutos, trayendo correspondencia de los Alcaldes de Pinar del Río y de
Consolación para el de la Habana y ganando el premio de $500 dólares ofrecido
por el Ayuntamiento de esta capital.
Agustín Parlá
fue enviado a los Estados Unidos de América con fondos levantados por
subscripción popular. Cursó sus estudios y se graduó de Piloto Aéreo en la
escuela de aviación de Curtiss. Poco después se hizo de un hidroaeroplano Curtiss
y esperó ocasión favorable para demostrar sus conocimientos.
Fue a Key
West con Rosillo, decidido a hacer el viaje al propio tiempo que aquél; pero un
desarreglo de su máquina le impidió realizar su propósito. Fue tal la
desesperación del joven Parla, al ver fallida su aspiración del momento, que
trató de atentar contra su vida. Pero a los dos días, el 19 de mayo, saca en
Key West su aparato, y, al objetarle los amigos y el público que no debía
intentar el vuelo por el fuerte viento que reinaba, les dice que sólo se
proponía dar una vueltas en el aire por las cercanías. Se eleva, y con un
arrojo temerario rayano en la locura, pone su timón hacia Cuba y se lanza por encima
del océano, sin buques en el trayecto, sin práctica en la aviación: solamente
con su máquina y un corazón cubano muy grande en el pecho. Felizmente, arribó a
Cuba en la playa del Mariel, lugar cercano a la Habana, realizando él también, así,
el vuelo de Key West a la Habana.
Fragmento de “El
deporte como factor patriótico y sociológico”, Cuba Contemporánea, Año I, Tomo
V. Habana, Junio de 1914. Núm. 2, pp. 152-54.
No hay comentarios:
Publicar un comentario