A las once y tres minutos de esta mañana aterrizó
en el aeródromo de Cuatro Vientos el teniente de la Aviación cubana señor Menéndez,
dando fin con pleno éxito al "raid" La Habana-Madrid.
Tenía el prepósito de tomar tierra en Barajas;
paro el jefe del aeropuerto participó telefónicamente a Sevilla que el campo, a
consecuencia de las lluvias, se encuentra en pésimas condicionas. Por esta circunstancia, el teniente Menéndez
aterrizó en Cuatro Vientos.
Emprendió el viaje en Sevilla a Ias nueve de
la mañana, acompañando al avión del intrépido piloto cubano un trimotor de la
L. A. P. E.
El aviador que lo tripulaba, buen conocedor
del trayecto, servía de guía, y a la vez de escolta, al aparato del teniente
Menéndez. En todo el recorrido encontraron fuerte viento de cara y grandes
chubascos e invisibilidad, por tanto, muy acentuada.
En el aeródromo esperaban al teniente Menéndez
todos los oficiales y clases francos de servicio en Madrid de la Aviación
militar y numeroso público. Tan pronto como aterrizó, sus compañeros de Arma
españoles lo subieron en
hombros, y entre vítores y aplausos trasladaron al gran aviador al pabellón de
oficiales, donde se reprodujeron las demostraciones de cariño y entusiasmo.
Entre las personalidades que acudieron a
esperar al teniente Menéndez se encontraban el subsecretario de Estado, Sr.
Aguinaga; el embajador de Cuba, acompañado de todo el personal de la Embajada y
numerosos elementos de la colonia cubana; el general Núñez del Prado, director
general de la Aeronáutica militar; el jefe de la Aviación militar, SR. Bernal, y
el de la naval, almirante Fontenla; el teniente de navío señor Solís, en
representación del Ministro de Marina, y una comisión del Ayuntamiento de
Carabanchel Alto, integrada por un teniente de alcalde y varios concejales.
En el pabellón fue obsequiado el teniente
Menéndez con un "lunch". El general Núñez del Prado brindó por el
éxito del "raid" y por la aviación cubana, y en nombre de la española
abrazó efusivamente al Sr. Menéndez. El embajador de Cuba pronunció breves
palabras y terminó brindando por la prosperidad de España, "madre amante
de nuestra tierra". Al final, el teniente Menéndez, muy emocionado,
agradeció el cariñoso recibimiento que se le habla dispensado, y dijo:
"Este es el momento más feliz de mi vida, porqué he conseguido con toda
felicidad el más firme anhelo: visitar mi patria, mi primera patria. La segunda
es Cuba, la primera España, porque en España nací."
Durante su estancia en Madrid, acompañará al
teniente Menéndez el teniente Reus, a quien le ha nombrado ayudante suyo.
En el banquete oficial que se le ofrezca les
serán impuestas las medallas del Mérito Naval y Militar.
El embajador de Cuba ha decidido declarar el
próximo lunes, 24, fiesta nacional cubana, celebrándose en el palacio de la
Embajada una recepción.
A las doce y media, y después de conversar con
varios aviadores españoles, el teniente Menéndez, acompañado del Sr. Reus y del
embajador de su país, se dirigió a Madrid en automóvil.
A la salida, una compañía de Aviación formó, y
todos los obreros y empleados del aeródromo y vecinos de Carabanchel lo
despidieron con una gran ovación.
La Voz, 21 de febrero de 1936.
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