viernes, 6 de julio de 2012

Heimat



 

Rolando Sánchez Mejías


                   (a José Lezama Lima)  

No se vio ningún tártaro partir
la línea occipital del horizonte.  

Ni un bárbaro de aquellos
jalando con sogas de yute
jabatos de peso mediano.

Ni tocando trompeta.
En el bosque.
A nadie.

Ahora
Lingua Mater sustenta y amortaja,
su boca húmeda y esponjosa
prodigándonos afectos para-
sintácticos y hasta
locales.

In situ: se sigue bailando
con o sin zampoña y se escribe
bellamente aún al compás de
y va escabulléndose
(va cayendo el telón)
uno con
la bípeda y/o loca velocidad que va dictando
el estado de las cosas.
              
Un registro de vozes tan amplio
quién te lo iba a quitar, menos que menos
a escribir, por ti, por los demás,
padre mío que nadas como un tonel
en la corriente brumosa de las palabras.

Ahora,
rema.

Es decir parte
y tápate las gordas orejas
y rema, rumbo al poniente.

(No escuches viejo chillar
en el canal que corta el mar
dichas ratas de agua dulce).

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