martes, 8 de mayo de 2012

Señora de cien negras





 Sátira

 Mas Filis es señora de cien negras
Jóvenes y rollizas, que ha comprado
En Armaron al ávido tratante.
¿Por qué sufrir la incómoda tarea
De criar al hijo a su materno pecho
Bien hace Fabio: -Venga una nodriza
De su criadero: venga y al niño-amo
Déle la nutrición, déle la vida,
Robada al niño-esclavo que la pide
Con el grito del hambre, y grita en vano.
¡Cuántas veces airada la Señora
Con el terror, o con castigo acalla
Este reclamo de la infancia débil!
Así, ni ella a ser madre ser resigna,
Y que lo sea su esclava no consiente.




 La despedida de la nodriza africana

 Cuando tus nítidos labios,
ángel hermoso, bebían
la sustancia que vertían
etíopes pechos de amor,

yo feliz te contemplaba
y sobre tan tersa frente
aun más de un beso inocente
mi boca humilde imprimió (…)

Así sereno dormías
el sueño de la inocencia,
mientras que a la Omnipotencia
plácida alababa yo;

pues por influjo benigno
de sus secretos arcanos,
trájome a climas lejanos
a ser tu madre de amor (…)

Y allá en tus sueños floridos,
cuando su embeleso seas
y sus cariños poseas
no olvides ¡oh, niño!, no,

que sobre mi pecho un día
probaste en muy dulces calmas,
que hay también sensibles almas
en donde es ingrato el sol.



 Félix Tanco: “Sátiras”, Carta XLIV, Centón epistolario de Domingo del Monte, t-VII, pp. 82-83; y José M. Rodríguez: “La despedida de la nodriza africana”, El artista, La Habana, 1 (12), 174, 29 de octubre de 1848. Tomado de Reynaldo González: Contradanzas y latigazos, Editorial Letras Cubanas, 1992, pp. 169-71.
 

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