Raúl Cepero Bonilla
La exposición
Soviética de Ciencia, Técnica y Cultura que hoy inauguramos oficialmente
presenta al pueblo de Cuba algunos de los admirables logros de la Unión de las
Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Casi todo lo
que exhibe es nuevo para nosotros. En Cuba no se comercia con productos de la
agricultura y la industria soviética, y se ignoran, por lo general, los
resultados de la investigación y de la experimentación de los científicos
soviéticos -excepto cuando despiertan el interés de las agencias
internacionales de noticias, como las formidables realizaciones en el campo de
la física nuclear y en la construcción de cohetes y vehículos espaciales- y
apenas se conocen las modalidades del sistema de vida de los pueblos que forman
la URSS.
Desde luego,
para el pueblo cubano no han pasado inadvertidos los grandes acontecimientos
históricos de la URSS. En una oportunidad Cuba y la URSS unieron sus esfuerzos
en un objetivo común: la cruenta lucha contra el totalitarismo nazifacista. La
literatura y el arte de la Unión Soviética no son desconocidos para el pueblo
de Cuba. En los estantes de las bibliotecas públicas y privadas aparecen obras
de sus grandes pensadores, en las salas de concierto se escucha la música de
sus grandes compositores, en los teatros se interpretan las obras de sus
grandes dramaturgos y en los cines se exhiben las películas de sus grandes
director y actores.
La distancia
geográfica es ciertamente un obstáculo al conocimiento directo de ambos
pueblos. Factores políticos también han contribuido a este alejamiento secular.
Pero las distancias geográficas se acortan constantemente con los adelantos de
los medios de transporte y las distancias políticas que separan a los pueblos
tienden a desaparecer con el respeto recíproco a sus propias determinaciones.
Es cierto que
las relaciones comerciales acercan a los pueblos pero las que Cuba ha sostenido
con las URSS han sido unilaterales e indirectas. Desde 1952 la Unión Soviética
es un buen mercado para el azúcar cubano. El Instituto Cubano de Estabilización
del Azúcar vendió el año pasado a la Unión Soviética 300 mil toneladas de
azúcar, operación que representó ingresos en divisas por las de 35 millones. La
Unión Soviética ha sido un mercado importante para el azúcar cubano, no solo
por el volumen y valor de las compras, sino también por la oportunidad con que
se han celebrado. Los precios del azúcar en el mercado mundial cayeron en 1959
al nivel más bajo de los últimos años, pero a partir del mes de agosto empezaron a subir no por las medidas restrictivas
aplicadas por el Consejo Mundial Azucarero, sino por la venta primero de 170
toneladas y, después, de 340 toneladas que el Instituto Cubano de
Estabilización del Azúcar concertó con el Gobierno de la Unión Soviética.
Compra de
azúcar
Después de
redactadas estas cuartillas y camino de este acto, recibimos un cable de
alegría para el pueblo de Cuba. El gobierno de la Unión Soviética acaba de
firmar el contrato por el cual compra 345 mil toneladas al precio de 2,78 la
libra (embarques –febrero, 15 de mayo).
El Gobierno
Revolucionario de Cuba, país con firme tradición independentista, considera que
el mejor modo de afianzar la soberanía es ampliando el ámbito de las relaciones
internacionales. Hace buenas las prédicas de Martí de que no debemos vender o
comprar en un solo mercado. La independencia económica se conquista con la
diversificación de los mercados exteriores.
Las naciones
pequeñas también tienen el derecho de trazar su política internacional, o no
son independientes. El pueblo de Cuba ha encontrado en la Revolución un modo de
expresión económica, política y social propio y peculiar. No tenemos otra
ubicación que la nuestra, que nos permite manifestarnos con entera libertad y
autonomía en el campo internacional.
El Gobierno
Revolucionario está decidido a comprar y vender en todos los países del mundo.
Ningún tratado internacional obliga a Cuba a cerrar sus puertos a los productos
de un país o de un grupo de países o le impide crear mercado para sus
exportaciones mediante importaciones compensatorias dirigidas. El comercio
internacional es una calle de doble vía: para vender hay que comprar.
Esta nueva
política económica exterior se aplica a una coyuntura poco favorable: coincide
con medidas inevitables de restricción a las importaciones, impuestas por el
saqueo criminal de las reservas monetarias durante la sangrienta tiranía de
Batista. Esto quiere decir que a un corto plazo el valor de las importaciones
será menor, pero mayor el número de países vendedores. Esperamos que con el
control de las importaciones y las compras dirigidas podamos aumentar nuestras
exportaciones y a la vez multiplicar en el futuro las importaciones de equipos,
maquinarias y materias primas de todas las procedencias.
Problema
financieros
El pueblo de
Cuba, inspirado por la férrea voluntad de sus dirigentes, hará todos los
sacrificios para apresurar el desarrollo económico. La Reforma Agraria es el
fundamento de la industrialización y sin industrialización no se podrá asegurar
el pleno empleo. Este proceso deliberado de crecimiento económico plantea un
problema financiero que el Gobierno Revolucionario resolverá con la solución
correcta: el aumento de las exportaciones para pagar las importaciones
extraordinarias que se requieren para llevar adelante la Reforma Agraria y la
industrialización. Los financiamientos exteriores se pagarán, en definitiva,
con exportaciones de mercancías. Haremos en cinco años todo lo que las
generaciones anteriores dejaron de hacer en 58 años de República...
Puede ser que
produzca aún mayor impresión porque la falsa propaganda difundida contra la
Unión Soviética impedía que se conociera lo que realizaba la URSS. Y cuando la
gente ve lo hecho sin tergiversaciones se admira. Todo esto se ha reflejado en
los libros de impresiones de nuestra exposición en Estados Unidos y México, en
los cuales pueden leerse tales frases: "Me parece que esto es
asombroso", "Magnífico" (Estados Unidos) “Aunque no comparto sus
opiniones les felicito por su progreso y su desarrollo económico e
industrial", "Eres grande URSS, pero todos tus millones de habitantes
y tus 22 millones de kilómetros cuadrados caben en corazón" (México) o
esta otra "Estoy sinceramente entusiasmada de lo que he visto en la
exposición. He venido desde el Río Bravo para ver todo esto y no en vano he
recorrido dos mil kilómetros".
Y
ciertamente, al recorrer la exposición siente uno más claramente toda la
grandeza del significado de la Revolución de octubre para el destino de la
humanidad.
Los soviéticos
incasablemente edifican y desarrollan su Estado. En 42 años hemos recorrido un
largo y difícil camino y hemos logrado no pocos éxitos.
País poco
desarrollado
La Rusia
zarista era una antigua y vasta potencia, pero era, fundamentalmente, un país
agrícola muy insuficientemente desarrollado, por no decir subdesarrollado. En
muchas ramas de la industria Rusia iba a la zaga de los países europeos. En su
consumo percápita en vísperas de la primera guerra mundial, según señalaba
Lenin, Rusia "va la par con España, uno de los países más atrasados".
En aquel entonces Lenin decía que "Rusia sigue siendo, hasta lo increíble
e inusitado, una país atrasado, miserable y semibárbaro, equipado 4 veces peor
que Inglaterra, 5 veces peor que Alemania, 10 veces peor que Estados Unidos de
instrumentos de producción modernos. La aldea rusa estaba hambrienta y desnuda,
la mayor parte de la tierra pertenecía a los terratenientes. Los trabajadores
de la ciudad eran explotados implacablemente, la mayoría aplastante de la
población era ignorante y analfabeta, y trabajaba hasta la extenuación. Las
regiones alejadas eran bárbaras y semisalvajes."
Puede
preguntarse: ¿Cómo ha sido que solo en 42 años, plazo históricamente muy breve,
la Rusia un día atrasada, sofocada por la tiranía zarista, respirando a pleno
pulmón los aires de la libertad, logró tales cimas en el desarrollo económico,
cultural y social?
Un país que
nos compra azúcar anualmente por más de 35 millones y que ofrece un mercado
potencial varias veces mayor, hace bien en mostrar al pueblo cubano los
productos de su avanzada industria, las sorprendentes realizaciones de su
ciencia a la tecnología y las subyugantes manifestaciones de su cultura y arte.
Saludamos
este acontecimiento, a sus organizadores, y en especial al ilustre invitado
Anastas I. Mikoyan, Primer Vice Primer Ministro del Gobierno Soviético y uno de
los grandes administradores de la edificación del socialismo.
El pueblo
cubano halló su camino en la Revolución y desea ser amigo de todas las naciones.
La Feria Soviética de Ciencia, Técnica y Cultura contribuirá, sin duda, al
estrechamiento de las relaciones de Cuba y la Unión Soviética.
Tomado de Diario de la Marina, 6 de febrero de 1960.
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