Sr. D. José Martí.
Nueva York,
Muy señor mío
Con motivo de haber inventado un aparato que
bien pudiera llamarse un velocípedo aéreo, y que en miniatura me ha dado los
más brillantes resultados; creo mi deber dedicarlo, antes que a nadie a mi
patria, por lo que me dirijo a usted para si tiene a bien ayudarme en las
pruebas que en mayor escala necesito hacer, para hacerlo aplicable a los usos
de la guerra. El aparatico hecho por mí es movido por la cuerda de un reloj,
funciona admirablemente, a pesar de su construcción defectuosa; se mueve en
todas direcciones y vence cualquier corriente de aire.
Mi objeto es hacerlo en condiciones que pueda moverse
por la fuerza del hombre o por la electricidad.
Su costo, incluyendo mi viaje y el de mi
esposa, a quien no puedo abandonar aquí, y nuestros gastos particulares que
serán reducidos, lo calculo en diez mil
pesos, dado que tenemos que hacer todas las piezas nuevas y algunas repetidas
veces, si no el aparato entero, que puede quedar defectuoso por cualquier
incidente y dado también que tenemos que elegir un punto solitario para las
pruebas que deberán hacerse sin testigos, cualquiera que estos sean.
Puede asaltar a usted la desconfianza y en
este caso usted y yo trataremos.
Las ventajas que puede reportarnos el
velocípedo aéreo no creo que se ocultan a su perspicacia, toda vez que con
media docena de ellos se pueden arrojar en medio de la noche, una lluvia de
bombas sobre una agrupación militar o campamento, sin ser vistos, y sobre todo
con el pánico que ocasionaría una cosa oculta y desconocida.
No enviaré plano alguno, por no tener patente
y dejo a mi sola dirección la construcción de todas las piezas.
En caso de no aceptar esta oferta, que tanto
nos elevaría, espero guardará la más absoluta reserva sobre este punto.
Y sin más,
B.
S. M.
Arturo Comas.
S/C Armas 41.
Bejucal, mayo 25/93.
Tomado de Facetas de Martí, Editorial Trópico, 1939, pp. 98-99.
Imágenes en modelismocubano.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario