lunes, 15 de octubre de 2012

Muerto a tiros el ladrón sentimental Arroyito




 Los bandidos de historia romántica se acaban. En España sólo quedan los relatos, bastante hinchados por cierto, de aquellos hombres audaces, sin apego a la vida, de los cuales la mayoría se ponían fuera de la ley por haber hecho justicia a su manera: Diego Corrientes, el Barquero de Cantillana, Luis Candelas, Jaime el Barbudo, que dormía sólo cuatro horas (menos todavía que Napoleón Bonaparte, que solía dormitar sobre el caballo), etc.  
 Cuba también tiene sus figuras. Manuel García, el rey de los campos, fue un hombre sanguinario que suavizó su historia últimamente al ayudar a la independencia de su patria. El último bandolero, o, mejor dicho, ladrón sentimental, ha sido Ramón Arroyo «Arroyito», y éste acaba de caer, junto con otros desgraciados, bajo las balas del Ejército cubano.
 «Arroyito» y otros cínco penados tuvieron que ser trasladados desde La Habana al presidio modelo de isla de Pinos, cosa que se efectuó bajo la vigilancia de una buena escolta, sacándolos del castillo del Príncipe y llevándolos a Surgidero de Batabanó, donde los embarcaron en el cañonero «24 de febrero», que los condujo a Nueva Gerona.
 Desde allí fueron conducidos en una plancha movida por locomotora al penal, pero en el camino, en un descuido de la escolta, los presidiarios se lanzaron de la plancha, internándose con gran rapidez en las malezas que orillan la vía férrea. Pero la escolta también fue rápida en sus disparos, que tumbaron a cuatro de los seis fugitivos. Los otros dos, «Arroyito» y «Cundingo», lograron sustraerse a los disparos gracias a la exuberante vegetación, encaminándose hacia Punta Piedra; pero advertido el jefe del puesto de dicho lugar se lanzó a la persecución, logrando avistarles. Sin embargo, los fugitivos no hicieron caso de los requerimientos del oficial, y viéndose perdidos tentaron su último recurso: la fuerza desesperada; pero unos certeros balazos los detuvieron para siempre. 

 Heraldo de Madrid, 5 de diciembre de 1928, p. 14. 


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