¡Nieve!
¡La Habana se
ahoga! Se acabó la nieve de los depósitos!
Hermano Matanzas, envíanos unas
cuantas toneladas de ese sólido líquido; de lo contrario habrá muchos casos de
hidrofobia.
Sin contar con que no podrán
conservarse en las fondas las carnes y pescados, y esta es una desgracia mayor
que la privación de los helados.
Ahora subirán de precio las
máquinas para hacer nieve.
Y habrá quien envidie la suerte
de los habitantes de Siberia.
Don Junípero, 8 de agosto de 1863.
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