jueves, 22 de septiembre de 2022

Anders Petersen

 

 

 La gente en el Café Lehmitz tenía una presencia y una sinceridad que a mí me faltaba. Estaba bien estar desesperado, ser tierno, sentarte solo o compartir la compañía de los demás. Había una gran calidez y tolerancia.

 No puedo describir la realidad, a lo más, puedo tratar de captar las cosas que parecen ser válidas, de la manera como yo las veo. 

 Escojo un lugar, a alguien, me presento, establezco una conversación, hablo de ellos y hablo de mí, les pido permiso para fotografiarlos, pero luego no lo hago.

 Sólo seguimos hablando y hablando, y después de unas horas quizás les haga fotos.



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