Legación de Cuba en
Francia
París, 2 de mayo de 1929
Mi
querido amigo Alfonso: Sin tiempo para más -nuestro correo sale en este
momento- le escribo simplemente para agradecerle su carta tan cordial, tan
llena de su ímpetu lírico, tan suya. También para enviarle pronto -no tan
pronto como hubiera querido el poema de las gitanjaforas, como usted lo llama,
que se me había extraviado y sólo hoy he dado con él. Le pasé su recado a Toño
que me prometió enviarle enseguida los versos de Ricardo Arenales (...)
Le admira y le quiere su
Mariano Brull
Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea gitanjafora
liris salumba salífera
Olivia oleo olorife
alalai cánfora sandra
milingícara girofora
zumbra ulalindre calandra
…
Legación de Cuba en
Francia
París, mayo 7, 1929
Mi
querido Alfonso:
En
verdad, no necesitaba usted consultarme el cambio de la g por la j de gitanjafora (ahora jitanjafora). Bastaba
que usted lo creyera mejor. La sugestión ortográfica de gitano me llevó a conservar la g,
sin otra razón, en la palabra inventada. En poemas así, donde la libertad es
máxima, corre uno el peligro, por falta de costumbre, de no sacarle todo el
partido posible -gráfico y ortográfico y aún rítmico- a esta libertad. Viejos
resabios métricos y sintácticos, nos paran el pulso. Por eso en este poema hay
todavía la simulación del que se mueve entre cadenas.
Mi querido Alfonso, corren malos vientos para
mí en la Habana. No diré que me trasladan, me echan de aquí para Berna dientes
de envidia y uñas de calumnia, por el grave pecado de haber publicado un libro
(Poemas en menguante) "incomprensible"
y "vanguardista" lo cual para ellos trae también aparejada la
sospecha de opiniones políticas indeseables (...). Yo sigo "sereno ante
el paisaje" y para consolarme escribo. Le incluyo una muestra, "El
epitafio de la rosa":
Rompo una rosa y no te encuentro.
Al viento así columnas deshojadas
palacio de la rosa en ruinas.
Ahora -rosa imposible- empiezas
por agujas de aire entretejida
al mar de la delicia intacta:
donde todas las rosas
-antes que rosabelleza
son sin cárcel de belleza.
Ya
usted ve que le reparto cuitas y versos (...) un fuerte abrazo de su amigo
Mariano
Brull
A Alfonso Reyes
Yo me voy a la mar de
junio
a la mar de junio, niña:
Lunes. Hay sol. Novilunio.
Yo me voy a la mar, niña.
A la mar canto llano del
viejo
Palestrina.–
Portada añil y púrpura
con caracoles de nubes
blancas
y olitas enlazadas en
fuga.
A la mar, ceñidor claro.
A la mar, lección
expresiva
de geometría clásica. -
Carrera de líneas en fuga
de la prisión de los
poliedros
a la libertad de las
parábolas.
-Como la vio Picasso el
dorio-
Todavía en la pendiente
del alma
descendiendo por el plano
inclinado.
A la mar bárbara ya
sometida
al imperio de Helenos y
Galos;
no en paz romana esclava
con todos los deseos,
alerta:
grito en la lira apolínea.
Yo me voy a la mar de
junio
a la mar, niña
por sal, saladita.....
-¡Qué dulce!
(Poemas
en menguante, 1928)
A Alfonso Reyes en el cincuentenario de
sus bodas con la poesía
Los
que lleguen a ti como romeros
en
las alas de Ícaro prestadas,
por
tu salud, ¡oh, gran Alfonso!, alzan
los
brazos en silencio con un ruego...
Hoy
28 de noviembre cierra el ciclo
que
marcó el cincuentenario
de
tu canción primera, don del cielo
que
las nubes felices tararean
con
la música muda de los astros.
Después
la busca y encontrarte
luego
al dejo claro de tu voz uncida
de
la prisión de tu saber, liberto
del
saber que no es más sabiduría
y
al fin vuelto a ti mismo para hallarte
en
cenizas de luces no encendidas.
Adondequiera
que pisó tu planta
te
reconoce el agua en sus cristales,
las
aves en el arte de su vuelo
el
viento en el ovillo de sus danzas.
No
en vano erraste por islas desterradas
en
los mares secretos de Odiseo.
Ahora
que el árbol del saber te habla
de
los mundos secretos de sus hojas
hay
en tus ojos brillo tan callado
que
taladra el silencio sin tocarlo...
No
es por azar que Reyes sigue
Alfonso
el reino de tu nombre en ti confía
para
tu gloria actual y venidera.
Si
un Monte Rey le dio luz a tu cuna
un
prócer reyes enalteció tu nombre.
Diario de la Marina, 27 de noviembre 1955.
A Mariano Brull
Mariano,
así nació la poesía:
humo
de sangre que la vida exhala
y
luego se depura todavía
y
asume voz al remontar el ala.
Sus
raudos hijos la palabra cría;
risas
y llantos en el trino iguala;
siendo
victoria, vive de agonía,
y
se agota de austera siendo gala.
Dureza
blanda, eternidad ansiosa,
tesoro
esquivo pero nunca vano;
fugitivo
cristal, perenne rosa...
Tú
lo sabes de sobra; tú, Mariano,
que
sueles suspender la mariposa
con
el encantamiento de tu mano.
México,
1ro de febrero de 1956.
Hoy, 31 de diciembre de 1959, p. 2.
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