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jueves, 9 de mayo de 2019

De Brull a Reyes y de Reyes a Brull




 Legación de Cuba en Francia

París, 2 de mayo de 1929

 Mi querido amigo Alfonso: Sin tiempo para más -nuestro correo sale en este momento- le escribo simplemente para agradecerle su carta tan cordial, tan llena de su ímpetu lírico, tan suya. También para enviarle pronto -no tan pronto como hubiera querido el poema de las gitanjaforas, como usted lo llama, que se me había extraviado y sólo hoy he dado con él. Le pasé su recado a Toño que me prometió enviarle enseguida los versos de Ricardo Arenales (...)
 Le admira y le quiere su
Mariano Brull

Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea gitanjafora
liris salumba salífera
Olivia oleo olorife
alalai cánfora sandra
milingícara girofora
zumbra ulalindre calandra


 Legación de Cuba en Francia
París, mayo 7, 1929

 Mi querido Alfonso:

 En verdad, no necesitaba usted consultarme el cambio de la g por la j de gitanjafora (ahora jitanjafora). Bastaba que usted lo creyera mejor. La sugestión ortográfica de gitano me llevó a conservar la g, sin otra razón, en la palabra inventada. En poemas así, donde la libertad es máxima, corre uno el peligro, por falta de costumbre, de no sacarle todo el partido posible -gráfico y ortográfico y aún rítmico- a esta libertad. Viejos resabios métricos y sintácticos, nos paran el pulso. Por eso en este poema hay todavía la simulación del que se mueve entre cadenas.
 Mi querido Alfonso, corren malos vientos para mí en la Habana. No diré que me trasladan, me echan de aquí para Berna dientes de envidia y uñas de calumnia, por el grave pecado de haber publicado un libro (Poemas en menguante) "incomprensible" y "vanguardista" lo cual para ellos trae también aparejada la sospecha de opiniones políticas indeseables (...). Yo sigo "sereno ante el paisaje" y para consolarme escribo. Le incluyo una muestra, "El epitafio de la rosa":

    Rompo una rosa y no te encuentro.
    Al viento así columnas deshojadas
    palacio de la rosa en ruinas.
    Ahora -rosa imposible- empiezas
    por agujas de aire entretejida
    al mar de la delicia intacta:
    donde todas las rosas
    -antes que rosabelleza
    son sin cárcel de belleza.

 Ya usted ve que le reparto cuitas y versos (...) un fuerte abrazo de su amigo

Mariano Brull

 (Extraído de "En torno a las jitanjáforas", Revista Libra, Ed. Facsimilar, 2003, pp. 183 y ss.). 




 A Alfonso Reyes


 Yo me voy a la mar de junio
a la mar de junio, niña:
Lunes. Hay sol. Novilunio.
Yo me voy a la mar, niña.

 A la mar canto llano del viejo
Palestrina.–
Portada añil y púrpura
con caracoles de nubes blancas
y olitas enlazadas en fuga.

 A la mar, ceñidor claro.

 A la mar, lección expresiva
de geometría clásica. -
Carrera de líneas en fuga
de la prisión de los poliedros
a la libertad de las parábolas.
-Como la vio Picasso el dorio-
Todavía en la pendiente del alma
descendiendo por el plano inclinado.

 A la mar bárbara ya sometida
al imperio de Helenos y Galos;
no en paz romana esclava
con todos los deseos, alerta:
grito en la lira apolínea.

 Yo me voy a la mar de junio
a la mar, niña
por sal, saladita.....
         -¡Qué dulce!

(Poemas en menguante, 1928)


 A Alfonso Reyes en el cincuentenario de sus bodas con la poesía

 Los que lleguen a ti como romeros
en las alas de Ícaro prestadas,
por tu salud, ¡oh, gran Alfonso!, alzan
los brazos en silencio con un ruego...
Hoy 28 de noviembre cierra el ciclo
que marcó el cincuentenario
de tu canción primera, don del cielo
que las nubes felices tararean
con la música muda de los astros. 

 Después la busca y encontrarte
luego al dejo claro de tu voz uncida
de la prisión de tu saber, liberto
del saber que no es más sabiduría
y al fin vuelto a ti mismo para hallarte
en cenizas de luces no encendidas.
Adondequiera que pisó tu planta
te reconoce el agua en sus cristales,
las aves en el arte de su vuelo
el viento en el ovillo de sus danzas.
No en vano erraste por islas desterradas
en los mares secretos de Odiseo. 

 Ahora que el árbol del saber te habla
de los mundos secretos de sus hojas
hay en tus ojos brillo tan callado
que taladra el silencio sin tocarlo...
No es por azar que Reyes sigue
Alfonso el reino de tu nombre en ti confía
para tu gloria actual y venidera.
Si un Monte Rey le dio luz a tu cuna
un prócer reyes enalteció tu nombre.

 Diario de la Marina, 27 de noviembre 1955.


 A Mariano Brull

 Mariano, así nació la poesía:
humo de sangre que la vida exhala
y luego se depura todavía
y asume voz al remontar el ala.

 Sus raudos hijos la palabra cría;
risas y llantos en el trino iguala;
siendo victoria, vive de agonía,
y se agota de austera siendo gala.

 Dureza blanda, eternidad ansiosa,
tesoro esquivo pero nunca vano;
fugitivo cristal, perenne rosa...

 Tú lo sabes de sobra; tú, Mariano,
que sueles suspender la mariposa
con el encantamiento de tu mano.

 México, 1ro de febrero de 1956.

 Hoy, 31 de diciembre de 1959, p. 2.

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