lunes, 17 de septiembre de 2012

El jefe de policía

  



 Federico de Ibarzábal


 ...He aquí sobre el pavimento al jefe de la policía. Alguien trae una cuerda. La escena es bajo un farol del alumbrado público que acaba de encenderse. Un relente macabro, de pesadilla y obsesión, flota sobre la plaza. Hay un griterío ensordecedor. Un hombre trepa ágil al palo. Amarra la cuerda en lo alto y desciende. Otros han pasado un lazo por el cuello del jefe de la policía. Lo izan. Van a “ahorcar” el cadáver... Pero la cuerda se rompe y el cuerpo cae a tierra, rebotando como una pelota sobre el embaldosado. La gente ríe. Unos se cubren el rostro con las manos o vuelven la cara. Tres o cuatro descargan puntapies que suenan a hueco, y lo escupen. Muy de noche se lo llevan de la ciudad (...)



 fragmento de "El jefe de policía", La isla de los muertos y otros relatos, Editorial Letras Cubanas, 1983. 

 

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