Pedro Marqués de Armas
El secretario de los ferrocarriles se ha quedado lelo. No estampó un solo cuño este verano… y no atina siquiera en la caja de caudales.
Ya nadie entiende su esmerada caligrafía.
A cada cambio de agujas se sobresalta, y luego, ni ve los trenes.
Algunos se proponen sacarlo de ese estado, pero a una carga así no hay quien la mueva.
El secretario de los ferrocarriles se ha convertido en cetáceo (y nada)
a flor de agua…
(*) Quise, desde no sé qué instancia de muer.., que Milanés ocupase el mismo sorpresivo paréntesis que, en su extraordinario poema “De codos en el puente”, ocupa un “monstruoso cetáceo que nada a flor de agua”.
(Óbitos, 2015)
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