Francis L. Mccarthy
La represión llevada a cabo por el Gobierno de
Fidel Castro en la retaguardia, más que la misma lucha que se desarróllala en
la cabeza de playa de bahía Cochinos, ha sido pausa de que no prosperase de
manera contundente la ofensiva contra el actual Gobierno de la Habana.
Cincuenta mil hombres, mujeres y niños —catorce mil de ellos sólo en la Habana— fueron conducidos urgentemente a improvisados campos de concentración, en algunos casos familias enteras. Estos campos de concentración son el estadio de la capital, numerosos hoteles y escuelas.
Esta información ha sido obtenida en la primera comunicación telefónica independiente que se ha conseguido con la capital cubana, desde que grupos de anticastristas armados desembarcaron en la costa meridional de la isla, en las primeras horas de la mañana del lunes pasado.
Los miembros de Comités de vecinos, encargados de la vigilancia de las casas, salieron a las calles para denunciar a las personas que consideraban como enemigas de Fidel Castro. Los milicianos confiscaron camiones y autobuses, en los que eran llevados los detenidos a estos campos de concentración.
Cincuenta mil hombres, mujeres y niños —catorce mil de ellos sólo en la Habana— fueron conducidos urgentemente a improvisados campos de concentración, en algunos casos familias enteras. Estos campos de concentración son el estadio de la capital, numerosos hoteles y escuelas.
Esta información ha sido obtenida en la primera comunicación telefónica independiente que se ha conseguido con la capital cubana, desde que grupos de anticastristas armados desembarcaron en la costa meridional de la isla, en las primeras horas de la mañana del lunes pasado.
Los miembros de Comités de vecinos, encargados de la vigilancia de las casas, salieron a las calles para denunciar a las personas que consideraban como enemigas de Fidel Castro. Los milicianos confiscaron camiones y autobuses, en los que eran llevados los detenidos a estos campos de concentración.
Trágicos hechos
Pasará mucho tiempo antes de que se puedan
relatar todos los trágicos hechos que se han producido en la Habana durante
estos días. Una mujer inglesa, Mrs. Grace Gillespie Solar, natural de
Yorkshire, fue sacada de su casa, poco después de haber dado a luz un niño;
pasó toda la noche tirada en el suelo, donde hombres y mujeres, todos ellos prisioneros,
se apiñaban juntos. El embajador inglés tuvo que hacer repetidas gestiones para
conseguir que fuera puesta en libertad y enviada al hospital, bajo la mirada de
los milicianos.
Represión desproporcionada
Círculos diplomáticos, que han seguido el desarrollo
de los acontecimientos muy minuciosamente en estos últimos tiempos, consideran
que en la Habana habían algunas bandas armadas, preparadas para el momento en que se produjera el primer desembarco. Pero la represión ha sido terriblemente
desproporcionada. Los agentes del Gobierno procedieron a la detención de las
figuras anticastristas más conocidas en las doce horas que siguieron al anuncio
del desembarco. Esto se debe a que la verdad es que tales anticastristas
desconocían la fecha en que se produciría la operación. A la detención de estos
hombres, siguió la de sus parientes y hasta la de sus amigos.
Ha sido suficiente una denuncia, una breve
declaración, para que muchas personas hayan pasado a una cárcel, y, a estas
alturas, no se sepa nada de ellas.
Es muy elevado el número de cubanos que han
acudido a las Embajadas en busca de asilo, donde en estos momentos se
encuentran protegidos bajo pabellones extranjeros. Otros decidieron esconderse
en casas de amigos.
Las iglesias fueron registradas y confiscadas
por los milicianos. No se permite a nadie entrar o salir de ellas. Una noticia
asegura que más de cien sacerdotes han sido detenidos, incluyendo los padres
agustinos canadienses, que se hallaban en su escuela de Colón, en la provincia
de Matanzas.
Los improvisados campos de concentración no
estaban preparados para recibir a un número tan elevado de personas. Carecen de
alimentos y de lo más imprescindible, en cuanto a medidas de higiene. Muchas
personas están enfermas y no tienen más cuidado que el que les proporciona el
compañero de cautiverio.
Clausura de la Universidad
Todos los colegios católicos han sido físicamente
ocupados o confiscados por los milicianos de Fidel Castro. Monseñor Eduardo
Boza Masvidal, obispo auxiliar de La Habana y rector de la Universidad de
Villanueva, fue detenido con otros varios sacerdotes. La Universidad ha sido
clausurada. El ilustre prelado fue detenido cuando se encontraba en una
iglesia. Los milicianos le acusan de haber encontrado en el templo literatura
contrarrevolucionaria y dinero, incluyendo moneda norteamericana.
En otras parroquias de la Habana y provincias,
los sacerdotes han sido detenidos en una cifra bastante elevada. E incluso los
sacristanes y hasta monaguillos. En la iglesia de San Juan, de la Habana, y en
un gesto que confirma en grado heroico de tantos cubanos, los fieles se
arrodillaron y rezaron el Rosario ante la puerta de la iglesia. En ella
milicianos armados negaron la entrada a todo el mundo.
Muchos observadores consideran que la
operación de desembarco no ha estado bien preparada, sobre todo en lo que se
refiere al tiempo, y que ha sido precipitada. Incluso las Embajadas quedaron
desconectadas telefónicamente y Cuba quedó totalmente aislada del resto del
mundo, sin que hubiera la menor comunicación, excepto en dos casos: la emisora
gubernamental, que divulgó las informaciones de Fidel Castro, y aquellas
personas del bloque comunista que pudieron entrar en la isla durante estos
días.
(N. de la R. — La
siguiente crónica está basada en la primera comunicación independiente que se ha
obtenido con la Habana desde el lunes pasado, en que comenzaron las operaciones
militares por parte de algunos contingentes anticastristas.)
La Vanguardia, 22 de abril de 1961.
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