De Keats
Thou
still unravisih’d bride of quietness
De la Quietud esposa inmaculada,
pupila del
Silencio y tardo Tiempo,
que sabes enarrar
aunque silvestre
con más dulzura
que las rimas nuestras,
¡ah!, dinos, ¿qué
leyenda por tu forma
entre festones
vaga de los dioses,
o de mortales, o
tal vez de entrambos,
de los valles de
Tempe o de la Arcadia?
¿Por qué esa caza
y fuga de doncellas
de las flautas al
son y tamboriles?
¿qué grande
agitación es la que evocas?
Si dulce es la escuchada melodía
la no escuchada es más… Seguid tocando
para el oído no, flautas suaves,
melodías sin tono para el alma.
Tu canto, efebo airoso en la arboleda,
nunca parar podrás; ni tú tampoco
podrás, veloz galán, a tu cautiva
el beso ardiente que anhelabas darla;
mas no te aflijas porque en todo tiempo
tú serás un galán, ella una hermosa.
Vosotras, dichosísimas ramadas,
las hojas nunca verteréis lucidas
que nunca os dirá adiós la Primavera…
Afortunado músico, sin tedio
podrás un son tocar que no envejece…
Amor ¡oh!, más
feliz, porque fogoso
Has de ser sin cesar el goce ansiando!
¡Cuánto aventajas de los hombres vivos
la pasión que al saciarse pesaroso
les deja el corazón o desgarrado,
los labios secos y la frente ardiendo!
¿Quiénes son los que van al sacrificio?
¿A qué rústico
altar ¡oh, sacerdote
conduces la
ternera mugidora
de los sedosos
lomos guirnaldados?
¿Qué villa sobre
un río, o costanera,
o montañesa de
castillo innocuo
desierta vióse
esta mañana pía?...
¡Ah, villa!, que
por siempre silenciosas
tus calles
quedarán, jamás un alma
vendrá para
explicarte el abandono.
Ática hechura
primorosa en mármol
que decoró el
cincel con la apariencia
de humana vida en
cuadros nemorosos,
al pensamiento tu
serena forma
como la misma
eternidad abruma.
Tu helada
pastoral, cuando los años
la actual
generación hayan sorbido,
en medio se verá
de otros dolores
que no serán los
nuestros y clemente
dirá siempre a los
hombres que lo bello
es verdadero y la
verdad es bella,
y que no más
sabrán en este mundo
ni más saber
tampoco necesitan.
Traducción de Gabriel de Zéndegui
Sones de la lira inglesa, Oxford University Press, H. Milford, 1920, pp. 15-16.
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