Contraste
Yo he conocido jóvenes sin suerte,
heridos por profundos desengaños,
y es cierto que al contar los
veinte años
ya miraban sin pánico la muerte.
Y he visto a muchos viejos de alma
fuerte
que a la dicha y dolor no han sido
extraños,
rechazar con terror y siempre
huraños
el misterio que en polvo nos
convierte.
El placer tienen éstos por divisa,
y, si bien sus semblantes están
yertos,
poseen de los vivos la sonrisa.
Mas los otros, espíritus
inciertos,
por tener el reposo se dan prisa,
y ríen con la risa de los muertos.
Álbum Salón, 1 de enero de 1901,
p. 39.
Al pie de la reja
Con su guitarra, el mozo
despreciado
acércase a la reja solitaria,
y, a modo de bellísima plegaria,
lanza al aire un cantar
apasionado.
El amor que lo mata es tan
sagrado
como el amor de madre pasionaria,
y vibra su pasión extraordinaria
en sus cuitas de amante
infortunado.
De pronto, estremecido, palidece
al oir una risa despiadada
de mujer que se oculta tras la
reja.
La guitarra de súbito enmudece.
...Pero vuelve a gemir y,
desolada,
arroja al viento sollozante queja.
Por esos mundos, Madrid, 1 de agosto de 1904, p. 41.
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