Juana Pastor
En las honras de Doña María Luisa Suárez compuso la preceptora Juana Pastor el día 16 de septiembre del año 1815 los siguientes versos
Soneto
Unus ergo introitus est omnibus ad vitam,
& similis exitus.
En la fúnebre tumba que aparece
El recuerdo y virtud se patentiza;
Aunque la material vista se horroriza
La luz intelectual, nos encarece
Su certidumbre, porque el hombre cese
De la idea falaz que le entroniza
Cuando la nada lo caracteriza,
Y cual humo su ser se desvanece:
Entra el Rey y el pastor con
igual suerte
A gozar de la vida transitoria;
Iguales llegan a sufrir la muerte;
La mundana fortuna es ilusoria;
Esta es la diferencia que se advierte:
Conservad pues el mote en la memoria.
Octavas
Statutum est
hominibus semel mori, & post hoc
judicium.—Heb. 9.
Pudiste, Parca cruel, con tu guadaña:
Segar la vida de la doncella Luisa,
Tu segur para herir jamás se engaña;
Ya destruiste la virtud concisa;
Deslumbrando con furiosa saña
Una antorcha a este pueblo tan precisa:
Oh! Cloto fiero! oh! certera hoz!
Que no exceptuaste ni aun el hombre Dios.
Scio guia
morti trades me, ubi constituta est
domus
omni niventi.—Job. 20.
Hostilizó tu mano infiel, tirana,
El arbusto mayor de casa Suárez,
La benigna, la afable, pura llana,
Que al fallecer vertió los azahares
De su recogimiento en ley cristiana
Concluyendo con voces ejemplares;
Dejó Luisa la mansión terrena
Y pasó al destino donde no ve pena.
Donec
reverteris in terram, de quasumtus es guia
pulvis es,
& in pulverem reverteris.—Gen. 3.
Cual figurada sombra que declina
A el ocaso, perdiendo su existencia
Porque se aparta el sol, que la fulmina
Haciendo imagen viva la apariencia;
Nuestro cuerpo flexible se extermina
Y vuelve al polvo que formo su esencia:
Metamorfosis grande que por cierto,
Es para los vivientes libro abierto.
Si ceciderit lignum ad Austrum, ut ad Aquilonem,
inquacumque loco ceciderit ibi erit.—Eccl. 11.
Del ímpetu extremoso compelida
La planta, se exaspera, se deshoja,
Suelta el fruto ya comprometida,
Y hasta de la corteza se despoja
Cuando del huracán se ve afligida;
Las raíces de la tierra arroja…
Cae, y al ver su ser ya desmentido
Eterniza del lado que ha caído.
José Severino Boloña, Colección de poesías arregladas por un aficionado a las musas, Tomo segundo, Habana.-1833, Oficina de Don José Boloña, calle de Villegas núm. 25.
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