Néstor Perlongher
Marlene Dietrich
cantaba en Londres una canción entre la guerra:
Oh no no no es
cierto que me quieras
Oh no no no es
cierto que me quieras
Sólo quieres a tu padre, Nelson, que murió en Trafalgar
y ese amor es sospechoso, Nelson
porque tu papá
era nazi!
Era el apogeo de la aliadofilia
debajo de las mesas aplastábamos soldados alemanes
pero yo estaba sentada junto a ti, Nelson
que eras un agente nazi
Y me dabas puntapiés
Oh no no no es
cierto que me quieras
Ay ay ay me dabas
puntapiés
Ceremoniosamente me pedías perdón
posabas una estola de visón sobre mis hombros
y nos íbamos a hacer
el amor a mi buhardilla
pero tú descubrías a Ana Frank en los huecos
y la cremabas, Nelson, oh
Oh no no no es cierto
que me quieras
Ay ay ay me dabas
puntapiés
Heil heil heil eres
un agente nazi
Más acá o más allá de esta historieta
estaba tu pistola de soldado de Rommel
ardiendo como arena en el desierto
un camello extenuado que llegaba al oasis
de mi orto u ocaso o crepúsculo que me languidecía
y yo sentía el movimiento de tu svástica en mis tripas
oh oh oh
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