La aparición del cometa
No envidio la pluma de Cervantes,
Ni del Argivo la sonora trompa,
Ni el lauro de Colón por más que rompa
Nuevos caminos a los navegantes.
No codicio los pinceles de Timantes,
Aunque el tiempo sus tintes no corrompa,
Ni de Alejandro la triunfante pompa,
Ni el distinguido empleo de los almirantes.
No apetezco ver los muros de la China,
Ni conocer a Napoleón me inquieta
Por más que suene en la inmortal bocina.
Otra cosa anhela mi pasión discreta,
Y es que siempre me viera mi Corina
Con la atención que el vulgo ve al cometa.
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