Laguna dormida
Soñaba la laguna que escondido
un cielo en sus entrañas poseía;
y aún figuróse loca de alegría
ser de estrellas nacientes dulce nido.
Por leve guija su cristal herido,
se despertó con trémula agonía,
y en círculos sin fin se deshacía,
por abrazos pidiendo el bien perdido.
De su guirnalda deshojó las flores,
contra sí propia revolverse quiso,
y sólo cieno hallaron sus furores.
Volverse al sueño en paz la fue preciso,
cual a mi pecho cuando busca amores
para abrazar de nuevo el Paraíso.
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