Al pie de la cubana
Alto el empeine, contorneado y breve,
ya lánguida se mueva, o ya de prisa,
el pie de la cubana apenas pisa
bien luzca en rica alfombra o grama leve.
Desnudo, al alma de placer conmueve,
ya lo bese el arroyo, ya la brisa,
y si calza de blanco o seda lisa,
dudo si es de ámbar, si de espuma o nieve.
¡Hermoso pie! El alma al contemplarlo
cien encantos y cien trémula advierte...
¡Siente una agitación tan dulce y sana!...
Yo diera mi existencia por besarlo,
porque es muy dulce recibir la muerte,
ebrio de amor, al pie de la cubana.
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