Pedro Marqués de Armas
En esos años aún no tenías un chino atrás. Eso no te incumbe, por supuesto. Que mientras él llame con alguna urgencia a la Quinta Estación, tú poses… campante en medio del malentendido, ¿no te parece? Vestido al punto para la ocasión: un recital de Toña La Negra en la CMQ.
Pero ahora, qué importa. De cierto modo estás ahí, donde se cruzan el provinciano y el inquilino, el alumno ejemplar y el martillo calvinista. O tal vez de vuelta de Versalles (Matanzas, se entiende), tras un pacto con tu madre en el que ninguno de los dos dice esta boca es mía.
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