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viernes, 19 de mayo de 2023

Milanés


 

Enrique José Varona

 

Y allá con su triste y dulce calma,

con su cabeza joven y sombría,

con sus ojos espléndidos sin alma,

tu víctima, poesía.

 

Ruiseñor de las selvas sonorosas

do bulle el fresco manantial cubierto,

que fuiste a dar tus notas melodiosas,

en cálido desierto.

 

Lira, por cuyas cuerdas se estremece

con suspiros de amor la blanda brisa,

y el mundo al soplo de aquilón la ofrece

con insolente risa.

 

Nardo fragante en místico santuario

do la casta beldad preces murmura,

expuesto rudamente del osario

a la atmósfera impura.

 

Quisiste en tu quimera generosa

ir del lauro profético ceñido,

y mostrar una senda luminosa

a mi pueblo envilecido.

 

Y al encontrar la torpe indiferencia

para el lábaro augusto que tremolas,

un refugio pediste a tu conciencia

donde adorarlo a solas.

 

Y allá con su triste y dulce calma

ese que el vulgo infortunado nombra,

viendo una inmensa luz dentro del alma

y en derredor, la sombra.

 

                   Habana, 25 de julio de 1880

 

 Álbum Milanés. Colección de producciones literarias en verso y prosa dedicado a la erección de un mausoleo a la memoria del esclarecido poeta, Matanzas, Imprenta La Nacional Gelabert 60, 1881; La Habana Literaria, Año 1, Núm. 3, octubre 15, 1891, p. 53; Cintio Vitier y Fina García Marruz, Flor oculta de la poesía cubana. Siglos XVIII y XIX, La Habana, Ed. Arte y Literatura, 1979, pp. 267-68.


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