La semana última recibimos en la Redacción de LA HABANA
ELEGANTE un valiosísimo paquete por el correo: tres tomos del bello libro Azul,
que Rubén Darío, poeta que nació en Nicaragua y que parece un depurado
modernista parisiense, enviaba como obsequio amistoso, a nuestro compañero
Julián del Casal, a nuestro caro colaborador y amigo Raúl Cay y al Director de
este semanario.
En dicho primoroso
libro Azul... ha coleccionado Darío sus cuentos en que las imágenes fulguran
como joyas, muchos de los cuales cantos en prosa hemos publicado con fruición,
secuestrándolos de periódicos centroamericanos. Además de los cuentos, los
versos de Rubén Darío entre cuyos "sonetos áureos" hay también uno
dedicado a Enrique Hernández Miyares, muestran, como facetas de distintos
diamantes, irisadas irradiaciones.
El libro Azul... de
Rubén Darío ya corre de mano en mano entre nuestros compañeros en letras, que
se extrañan —como D. Juan Valera— de que haya otro Catulle Mendès, con tanta
fantasía y tal arte para encerrarla en forma brillantísima, acá, en el seno de
un paisillo delicioso de América, en la hermosa Nicaragua, de la que nunca ha
salido (el cuerpo, no el alma del poeta.)
Con fruición, como
hasta ahora, seguiremos dando en estas columnas lo que hallemos de nuevo en el
libro Azul..., regalo primoroso de su autor, que nos rinde agradecidos.
“Rubén Darío", La Habana Elegante, 1891, Año IX, núm. 12, p. 8.
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