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domingo, 5 de abril de 2020

Oda a Cuba


                    

    Pablo de Rokha 

   Alta y ancha Cuba, cuero de hierro y sudor inmortal, pequeña isla inmensa a la cabeza de Indoamérica, hacha del mundo y pájaro-sol, 
  un terrón de azúcar colosal, rodeado de pirañas y tiburones que babean la lengua de Shakespeare, ciñe tu cabeza de ciruela del cosmos, y tus riñones ateridos e incendiados como el dolor eterno del hombre, flor del Caribe, reina del tabaco, cruz del Oriente, cómo relampaguea encima del futuro tu ojo de oro, gran palmera.
   Mar y montaña sudaron tu Revolución Popular "acusada" de comunismo, y al conductor de pueblos epónimo y dramático, le creció la barba del mundo, le creció el esplendor de "Dios", le creció la gesta del siglo y las generaciones futuras,
    entre los pliegues épicos de la Sierra Maestra, y un pan candeal ardiendo medio a medio del corazón;
   Fidel Castro eres tú, patria del alma americana, gigante Fidel Castro, tus machetes y tus ametralladoras cuadradas, democráticas, 
   y Raúl y el "Ché" Guevara y Cienfuegos o Dorticós, todos los cubanos de Cuba, menos los caimanes rubios y los nacifascistas con complejo de asesinato.
   Los vampiros enfurecidos de Yanquilandia, desde el nido de arañas de Guantánamo,
   ahítos del licor seminal de los chacales, hundidos en el pantano de escupos de la explotación y la humillación de los pueblos, orlados de dopados, renegados, degenerados y traidores,
   se romperán el hocico contra las masas talladas de tus héroes, que son estatuas de batallas.
   El guajiro vegetal y agropecuario, azotado y pateado, se levantó y se abrazó a tus líderes, y en la Reforma Agraria parió tierra la tierra de José Martí,
   pan, libertad y paz, pan, libertad y paz, pan, libertad y paz, café con leche y miel, toros, bananos, potros, soldados, barcos de cantos, sol embotellado, acero y ron, la caballería de la poesía nacional, internacional y transatlántica, afinó las guitarras embanderadas de la rebelión
   a la manera de la "Perla de las Antillas", y nosotros, los abandonados del cielo y del mundo, erguidos sobre los nuestros gobiernos de títeres descomunales, como un rebenque que emerge de entre escombros del remoto avatar y de catástrofes de catástrofes,
   "Hombres de Chile, poetas del mundo", mordidos por enanos acumulados, nietos de pueblos que hablan o rugen o cantan como águilas, como una condecoración pura, te llevamos en los escombros del panteón del pecho paternal, que es como un rifle roto o un portalón o un torreón derruido y arrasado atardeciendo, aullando a la eternidad.
   Rufianes y caínes, fariseos y anticristos con sotana, ladrones y peleles arrancan echando mentiras con afán roñoso sobre tus grandes empresas de trabajadores, profundas y soberbias como túneles, mordidas por la traición simoníaca;
   pero los hechos están emergiendo como regimientos o parados como caballos de espanto o como relámpagos, en las inmensas torres de la Historia Americana, no se discuten, no, y no se discute el sol, cuando sonando alumbra la tierra, ni a una gran hembra obrera cuando está pariendo un chileno,
   ni se ha comido o no ha comido El Indolatino hambriento, asaltado y saqueado por Norteamérica, Cuba, espada y balanza del Tribunal de la Época, Cuba, ilustre Cuba enorme.
   Auroral y colosal progenitora de mártires a caballo, gran país contralor del Continente, la paloma de fuego del dios del cristianismo primitivo está contigo y la justicia social de los trabajadores, la justicia social, popular, marxista-leninista,
   el código gigante que resplandece en la URSS de Jruschov y la China egregia de Mao, que se desencadena arrastrando por adentro los milenios;
   nosotros los traicionados por acomodados argonautas de pacotilla y por negreros, o por los espantosos monopolios ceñidos de aterrados catafalcos que entrechocan su cataclismo de escamas y paladas de médulas sobre el hambre nacional, alzamos tu corazón como un pabellón enarbolado en los abismos;
   ¡qué enormes destacamentos de serpientes y de chacales con chaleco de ametralladora imperialista y pantalón de compadrón lacayo, lamido por simoníacos,
   acechan tu muerte inmortal, ¡oh! niña, ¡oh! piña silvestre, y cómo los bandidos negros como cuervos de fusilamiento, hecho con deshechos de humanidad y con andrajos de religión podrida, no de religión honesta y equivocada,
   están con el hocico abierto gritando la gran mentira imperial a la orilla de los héroes que engendran y generan las superestructuras estéticas...!
   Una dual escuadra de asesinos pagados por asesinos te acosa a ti, gran águila democrática, y todos los tontos de "Indoamérica" y los ateneístas castrados que piden lenguaje y voz de castrados, echan la baba de metal ardiendo desde sus tristes resquicios de Judas acorralados y enmascarados en la retórica,  
   a tu vaso de vino natal, caliente y relampagueante, celeste cómo los ganados de Abraham, entre las barbas eternas de Jehová pastando miel lacustre.
   Relincha un gran semental rojo y está bramando un toro con lomo de ópalos, en las arboladuras de tu navío colosal, y la carroña demagógica de la dictadura internacional de la burguesía, los cobardes y los ladrones del cobre y del salitre de Chile o del petróleo y las santas materias primas, del hierro, del estaño, del plomo, del carbón colonial, del oro con uranio y oro, los ladrones y sus sirvientes, "los gusanos" acuartelados,
   el académico idiota, vendido con hocico y todo, en condición de zorra o de hiena, los pujistas, los arribistas, los oportunistas y los espantosos renegados amarillos
   y el ex-nazi homosexual o hermafrodita o te insultan o te calumnian, te bañan de baba eclesiástica, te acosan como a toro, porque no les entregas la Revolución en bandeja y a los héroes encadenados.
   Tu pueblo y los pueblos del mundo opondrán un murallón de pechos de pueblos al premeditado y enorme asesinato, y la cohetería de la URSS te tenderá su pabellón de paz desde todo lo hondo de lo cósmico, desde sus campos de trigo rural y sus usinas descomunales como océanos, desde su vientre de madre,
   ¡oh! fuerte y preciosa virgen de las ociarías,
   y el hombre corriente que deviene luz y costumbres de terrible creador de dioses, el ser de base que engendra los poetas y la historia de lo sublime,
   le ofrendan la fuerza tremenda de las masas en insurrección, y el oleaje democrático y ecuménico del formidable impacto popular,
   el racimo del infinito, de donde emerge todo lo bello.



         (Tomada de "ACERO DE INVIERNO” 1961).

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