Gonzalo Rojas
Dijo Neruda: "En todas
partes hay
Sierra Maestra". Y,
bueno, me digo: ¿Qué esperamos?
¿Seguir hablando en éxtasis de
Fidel
porque supo ser hombre de raíz?
¿O proseguir la farsa de
siempre, como perros apaleados?
¿Vender el alma al diablo,
revender nuestros huesos,
subproducto servil, del cobre
o del salitre, del hierro
que con sangre, rajamos y
entregamos?
¿O subir a las altas
cordilleras de Chile, donde despunta el sol, y
renacer,
y ser hombres sin miedo
de una vez y ser pueblo y ser
hermanos?
Espinazo tenemos. Tenemos la
verdad,
y, en cuanto a cataclismos,
larga muy larga
noche de experiencia y
paciencia.
Vendrá, nos dice el aire:
vendrá, vendrá la luz.
¿Pero cuándo, por dónde? ¿Cuál
será nuestra Sierra?
¿O ya estará aquí mismo Fidel,
en este aquí
que nos junta en el viento más
áspero,
en el aire de los pobres de
América?
Fidel, no habrá invasor contra
la realidad.
No habrá otro 17 de abril ni
mercenarios malparidos adentro de tu isla.
Cadáveres habrá, carroña,
cancilleres.
Contra el sol nada pueden los muertos.
Por Bolívar,
te decimos con
Pablo, compañero Fidel,
y en español de América que
Sierra y Poesía
son lo mismo en la línea de
fuego del amor,
como es una y sin término la
estrella
de los pueblos del mundo y es la misma.
Por eso te juramos, Fidel,
estrella fiel,
que ya vamos subiendo,
subiendo,
noche arriba.
El Siglo, Suplemento dominical, 6 de agosto de 1961; y, Cuba si: poetas chilenos cantan a la revolución cubana, Ediciones
Anteo, 1963, pp. 85-86. Fotografía: Paolo Gasparini.
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