Páginas

martes, 6 de agosto de 2019

Calle Virtudes



 Yvan Goll



 Toda una calle de puertas cerradas
De puertas muertas que hablan y te llaman por tu nombre
Toda una calle de paredes que mueren y murmuran
Paredes que tienen labios y llagas
Labios que se abren en el yeso cruel
Labios que se abren como rosas en un jardín de nieve
Puertas sin cerradura puertas sin esperanza puertas
Más obstinadas que las de los claustros
Y sin embargo no tienes más que tocar con la uña
Para que se derrumben
Yo soy Parmenia
Tu pequeña
No tienes más que empujar la espesa puerta
Una puerta de fortaleza siete veces aherrojada
Una puerta de sombra que cae bajo tu aliento extranjero
Bajo tu uña tímida desaparece el velo ilusorio
Soy tuya soy de todos
En la fosa de mi cuerpo canta la fuente desconocida
Entra gracioso
Grandes labios se abren en la pared
Grandes llagas se abren en la carne muerta
Toda una calle de puertas cerradas
De puertas que hablan y conocen tu nombre
Toda una calle de muros toda una calle de murmullos
Una calle de yesos una calle de miseria y de misericordia 
Pero detrás de las mirillas arden ojos de aceite
Labios de rosas adivinan tu nombre
Y jardines babilónicos florecen 
               bajo el camastro de gemidos 
Puertas que miran murmuran y llaman
Labios en la puerta ojos en la pared
Oh ven extranjero gástame más aprisa
Gasta la vieja cacerola de mi cuerpo
Donde hierve veinte veces el elixir de los mortales
Estaña de nuevo la palangana de las vilezas

Lava mi fosa con blanco de España y azul de Alemania
Oh cuántas cuántas veces
Los dioses reposaron en mi bañera
Y he aquí mis pies que se oxidan 
               mi palangana que se agrieta
Y mi sangre que comienza a oler mal
Aunque antaño yo fuese la que les daba música
Fuese su mandolina su guitarra su flauta
Su pájaro salvaje su arco y su colibrí
Ahora yo me aburro
Como se aburre la esclusa de ver siempre brotar 
               la joven ola
Como se aburre el acantilado de la cólera mecánica       
               del océano
Como se aburre la playa bajo el vano  chapotear 
               de los mejillones
Como se aburre la estepa bajo el casco de los bueyes
Como se aburre la escalera que espera 
               el retorno del Eterno
La máquina de coser del amor
El molino de arroz del amor
El trillador de trigo del amor
Me aburro de sus gritos de pigargos de sus avefrías 
               de sus gritos de cuervos

Me adorno con las aguamarinas de la biajaiba los corales de la picuda y los zafiros de la aguja
Me harto de sus inocencias
Me revuelco en sus espinas sus cuchillas sus sierras
Me juzgo en el reproche de sus ojos sin malicia

Ah peces emigrantes
Que vuestro rozamiento me despose y purifique
Vosotros solamente vosotros conoceréis mi amor
Hay el día en que no trabajo
En que el hombre no me labora
Ni fuma de mi carne
El día en que el hombre no siega 
               las espigas de mis estremecimientos
El día del Gran Cortejo es día de descanso
Entonces él sale a las plazas con una camisa fresca
A las plazas donde el sol merodea como un león
Salpicando de oro las más pobres fachadas
Ese día de la Libertad
Mi rival la de la blusa color grosella
Agita al viento sus anchas faldas de bailarina
Sus faldas granate y sus enaguas de púrpura y de sangre
Y sus cabellos rojizos llamean en el incendio del mediodía
Ella sabe magnetizar los hombres
Y cargarlos de una extraña dinamita
No ha quedado ni un solo hombre en la Calle de la Virtud
El pájaro de mi mirada en vano da saltos                                 detrás de la reja de la mirilla
Nadie sacará provecho de la buena fe de los demás

Los grandes niños llevan letreros y estandartes
Anuncian que están en la Tintorería en la Cervecería 
               en la Panadería en la Construcción
Están muy orgullosos de soldar de enyesar de extraer de cargar de planchar de trabajar a destajo de curtir
El ron el tabaco el acero la madera 
                el cemento de la tierra
Soy tu tierra labrantía mi labriego
Tu tierra anaranjada de Camagüey
Tu tierra dorada de Varadero
Tu vega de tabaco donde tus ancestros se calcinan
Tu campo de cañas donde el cáncer canta
Soy tu mina minero
Con tu sonda tu piocha y tu hacha
Haces brotar el petróleo de mi hígado saturado
Tú excavas las hullas de miserias antiguas
Y de un chorro de cuarzo
Modelarás la copa de cristal

Trabaja mi triste trabajador
Soy tu arrozal transfigurado de China
Tu mujer con terrazas tu colina con gavetas
Coleccionista de lluvias mieles y rocíos
Irriga mis vertientes y mis abismos con tu benevolencia

¡Golpea! Da sobre mi puerta los tres golpes del deseo
Da en mi corazón los tres golpes del destino
Graba mi flanco con tu ramo de rosas
Graba mi medalla de muerte

¡Señor! Señor del universo
Esparce tu olor de anís estrellado tu olor azucarado de  
  moribundo tu olor a carne quemada tu olor a sudor   
  avainillado tu olor aframbuesado de apestado
  tu olor a garra caliente tu oler a pantano enyodado
  tu olor a águila piojosa

Oh ven Señor gástame más aprisa
Gasta la vieja bañera de mi esqueleto
Estaña de nuevo la palangana de mis vilezas
Limpia mi fosa con blanco de España y Azul de Alemania 
He aquí mis pies que se oxidan mi frente que se agrieta
Y mi sangre que empieza a oler mal. 

 Traducción: Fayad Jamis

 Nueva Revista Cubana, Volumen 2, Número 1, Dirección General de Cultura, 1960, pp. 85- 88.

No hay comentarios:

Publicar un comentario