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jueves, 9 de agosto de 2018

En saldo de cuentas, todo mi capital



 Vizconde de Lascano Tegui

 Balance

 ¿Quién soy? Un franciscano, de esos que andan descalzos.
He renunciado al mundo y voy oliendo a muerto.
Me quedan unos dientes, pero los más son falsos,
y son los más bellos, por cierto...

 Como una solterona, tuve un cofre relleno
de recuerdos que olían la humedad del pasado,
hasta el día en que, siendo sensible a su veneno,
del cofre hice cenizas.

            Tan sólo me han quedado:

unas canas discretas, un poco de barrica,
una carta afectuosa de una amiga
con la fecha atrasada para hacer menos mal,

una sonrisa aviesa que retiene mi labio
y una lenta desenvoltura de sabio.
Es, en saldo de cuentas, todo mi capital. 


 Soberbia

 Yo tengo un gran amor por la pobreza,
y, poniendo mi mano sobre el pecho,
confieso que me encuentro satisfecho
de lo poco que tengo en la cabeza.

 Tengo un poco de sueño con que velo
la desnuda aspereza del camino;
en las nubes columpia mi destino,
y he marcado mis tierras en el cielo.

 El oro y su miseria no me alcanza.
Llevo por contraseña a la esperanza.
La intemperie me adula y me hace fuerte.

 Ni los perros me ladran: soy tan pobre...
En mis arcas vacías rueda un cobre
con que pagar la barca de la muerte.


 Al fin de tantos años...

 Al fin de tantos años eres mi confidente,
corazón que me escuchas como un profundo amigo.
Te ha cansado la lucha, y un aire indiferente 
te da todos los rasgos banales de un testigo.
Al fin puedo mostrarte el amor que persigo
sin que bajes los ojos y llores de repente,
sin que pases las noches, al aire y sin abrigo,
recorriendo los bosques de la Bella Durmiente.

 El encanto ha concluido. Ella se ha despertado.
Pero yo, corazón, de pronto me he encontrado
que me faltan las ansias que animabas ayer.
Tengo cuarenta años, que los llevo de prisa,
tengo varias arrugas que arrugan mi sonrisa
y la Bella Durmiente es sólo otra mujer...


 Caras y Caretas, 1ro de octubre de 1927, núm. 1513, p. 146; 28 de abril de 1928, núm. 1.543, p. 24; y 11 de noviembre de 1928, núm. 1.572, p. 50.


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