Eugenio Florit
Los vientos oceánicos
ahogaron
un grito de estupor.
Pájaros extraños
rasgábanlos con sus plumas metálicas.
Ensordecíanlo
con sus ruidos.
—Aquellos pájaros no piaban; mordían
los vientos con rugir inusitado.—
Y los vientos misoneístas
batieron alas de revolución
y acribillaron con sus dardos
a los pájaros de metal.
El mar, cómplice de los vientos,
se ocupaba en sepultar
los cadáveres.
Vientos ignorantes:
Ya gemiréis bajo el yugo
de los aeroplanos futuros.
Revista de Avance, 15 de febrero de 1928
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