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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Francis Bacon delante del Papa Inocencio X de Velázquez






Néstor Díaz de Villegas


Este guerrero puesto de rodillas
delante de la puerca de la Historia
pidiendo absolución de su memoria
a aquel que obró primeras maravillas

reconoce la técnica irrisoria
en minúsculas ruedas de alforcillas
-empapada la silla de Castilla-
nada menos que el manto de la gloria.


La pintada visión por todas partes
rezuma realidad, y sin embargo
es la más traicionera de las artes.


¿Cómo pintar la duda por encargo
-la mirada que al público repartes-
si el precio de mirar es tan amargo?



Cuna del pintor desconocido, Aduana Vieja, 2011


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