Una señora
amiga del que escribe estas líneas tiene en el patio de su casa dos mustias
plantas de las que tanto significan a los ojos del sabio adivino; y desde el
instante en que la aludida dama se enteró de la fatídica profecía del alarmista
Nowack, no se separa de las peonías, les ha dado frotaciones de aguardiente
alcanforado, sus hojas la ha bañado con agua tibia, cargadita de bromuro, y
provista de grande abanico les echa fresco a fin de que se reanimen.
Las peonías
no responden al esfuerzo de su solícita enfermera, y ni cambian de color, ni se
yerguen, ni quitan la mirada del norte.
En el fondo
de esto –exclama a ratos la preocupada señora- hay algo raro. Y no me queda
duda de que nos esté dando vueltas algún ángel exterminador…
La Habana revienta
como un cohete si no logramos curar del spleen
a las peonías y si no alejamos de nuestro alrededor la peligrosa neurastenia.
En el senado las peonías fueron ayer objeto de
serias conversaciones. El Dr. Dolz se apoyaba en ellas para defender la subida
de ese gran valor en plaza que se llama la Vicepresidencia. Sanguily, a sotto voce, expresaba esta idea
terrorífica: -¿Qué importa que se viole la Constitución si tantas veces ha sido
violada y ya están decididas las peonías a vengarla con lluvias de montañas y
cordilleras de agua sobre nuestras desdichadas humanidades?
Un liberal
connotado propondrá en la próxima Asamblea Magna que se les envíe por correo, a
cada Secretario de despacho, una hoja de peonía mal humorada.
El Ayuntamiento
impondrá una fuerte contribución a los dueños de casa que tengan en ella
peonías tristes y al efecto nombrará 200 inspectores cuyo objeto será denunciar
el estado melancólico de esa planta.
Al sabio
Nowack le han hecho visitas efectivas muchas personas encopetadas, que
mencionar no quiero, y multitud de gentes desconocidas pero notables ya por su
miedo a los terremotos.
El Dr. describe
de esta suerte a la peonía:
“Es una
planta que tiene la nariz compuesta de varios bulbos (honor, exclaman algunos),
sus tallos son cilíndricos, de dos o tres pies de alto y …¡rojizos! (algunos
oyentes se desmayan el Dr. tiene que darles infusión de tilo). Las hojas son
grandes y compuestas de otras ovaladas... El fruto posee la forma de un
cuernecillo y contiene semillas casi esféricas, grandes y… ¡negras! “
Con estos
datos horripilantes nadie tiene duda de que la catástrofe es inminente.
¿Será Nowack
agente de la casa Zaldo? ¿No querrá que viajemos en el Mérida?
Los pasajes
se han agotado por seis meses en los distintos vapores, goletas y bergantines
que saldrán de La Habana para el extranjero.
Allá los
poetas!
A última hora
nos hemos enterado de algo que es de tomarse en consideración: Mr. Nowack no dice
que el perro esté rabioso, pero tampoco afirma que no lo esté.
El
Observatorio de Belén afirma no tener datos científicos para afirmar fenómenos
extraordinarios.
Pero de Viena
nos prometen baile seísmico.
¿A quién creer?
26 de abril
de 1906
El Dr. Nowack
tiene revuelta a La Habana y en temblores anticipados al Diario de la Marina. Si en efecto se avecina una perturbación
seísmica, ha comenzado ya a manifestarse en el cerebro del decano, cosa digna
de estudio si se tiene en cuenta que para él los terremotos son castigo del
cielo.
El susto hace
presa en el ánimo impetuoso de Diario de
la Marina.
VIENA. -OBSERVATORIO
ANUNCIA PRONTO OCURRIRÁ TERREMOTO HABANA
No publicar el
cablegrama nos pareció imprudencia y temeridad. Nadie puede garantizar que el
terremoto no venga y no está demás que se ponga a buen recaudo quien lo tema…
Supongamos
que el día 15 comienza a balancearse La Habana y que nosotros nos hubiéramos
tragado el cablegrama de Viena: ¿qué calificativos no tendría para nosotros el Diario por no haber querido dar la
alarmante nueva?
Cosa tan seria
y a la vez tan inconsistente…
No creemos
que de lejos se nos pueda predecir baile de tan peliagudo carácter; y a fin de
que las gentes supieran a qué atenerse al calor que a la noticia diésemos, en sesión
aparte, y en columna preferente, dimos a broma lo que a nuestro juicio solo
como broma puede aceptarse.
El colega del
Diario ha pedido informes de lo que
piensan los observadores de Viena, porque supone que el cablegrama nuestro era
una invención y una felonía.
El Diario de la Marina es el único
alarmado, ignorante y capaz de levantar un falso testimonio a sus compañeros de
profesión.
Con motivo
del telegrama de nuestro corresponsal, publicado ayer, participándonos que el
Observatorio de Viena ha anunciado un terremoto en La Habana, el Departamento
de Estado ha telegrafiado esta mañana al Cónsul cubano en la capital de Austria
que averigüe si es cierto que dicho centro científico ha hecho semejante
predicción, sin que se haya recibido contestación alguna a la hora de entrar
nuestro número en prensa.
27 de abril de 1906
Resulta que Viena no ha dicho, en punto al terremoto
de La Habana, esta boca es mía. Así lo afirma por el cable el Cónsul de Cuba en
aquella capital. No necesitamos afirmar lo alegre que nos ha puesto esta
noticia.
Enseguida
cablegrafiamos a N.Y. de donde procedía la noticia que nos comunicó de Viena, y
su respuesta, hace pocos momentos recibida, nos hace saber que la tomó del
corresponsal especial de Hearst.
No
satisfechos de la explicación que nuestro corresponsal en Washington nos ha
dado acerca de la noticia que nos trasmitió, anunciando un terremoto en La
Habana, hemos decidido prescindir de sus servicios sustituyéndolo desde el
próximo lunes con la acreditada Agencia Laffan, que pertenece al New York Sun.
28 de abril
La Secretaria de Agricultura se creyó en el derecho
de no dar publicidad al anuncio de un movimiento sísmico en esta capital para
mediados del mes próximo, tratando precisamente de evitar, que se diese la
importancia que ha alcanzado, a una predicción que no está basada en dato ni
antecedente alguno de la ciencia constituida, sino inspirada tan solo por las
indicaciones de las hojas de la peonía, cuyas propiedades meteorológicas dice
el Sr. Nowack que viene estudiando hace 20 años. Lo que sí ocurre positivamente
es que se desarrollan fuertes corrientes eléctricas, que originan
perturbaciones magnéticas, en todos los movimientos sísmicos particularmente; y
por consiguiente es a la observación de los institutos electro-magnéticos a lo
que hay que acudir en primer término, cuando se trata de averiguar la
proximidad de algún terremoto o erupción volcánica; y como en estos días no se
ha notado alteración alguna en las corrientes magnéticas, no hay razón alguna
que justifique tomar en serio, como se ha hecho por algunos, este asunto, el
cual debe ser relegado al terreno de las ciencias ocultas.
30 de abril de 1906
En la
villa de las lomas
hay
un profesor austriaco
que
debe de ser un taco
aficionado
a las bromas...
Pues
con una sangre fría
que
al más animoso espanta,
asegura
que en la planta
llamada
la peonía
observa,
cual muchos otros,
inequívocas
señales
de
que los más fieros males
se
ciernen sobre nosotros.
¡Caramba
con la peonía,
cuya
sílaba primera
como
puede ver cualquiera
no
debe oler a ambrosía.
¡Caramba!
vuelvo a exclamar,
aunque
conmigo se irriten,
¿conque
sus hojas permiten
saber
lo que ha de pasar!
Eso
afirma seriamente
el
austriaco profesor
que,
con su aserto, el terror
ha
causado en tanta gente,
sosteniendo día as día
que
en Guanabacoa la bella
un
auxiliar halló en ella
de la
meteorología.
Levántase
muy temprano,
obsérvala
atentamnete
y
luego con voz potente
le
dice al pueblo cubano:
"Estamos
¡ay! en un tris
de
que en días no remotos
espantosos
terremotos
destruyan
este país
El
mar se desbordará
inundando
el Malecón
y más
de algún tiburón
hasta
el Parque llegará.
…Aunque
hablando francamente
en
diversas ocasiones
el
ver en él "tiburones"
es una cosa corriente.
Síntomas…
José N. Aramburu
Bajo el brillante oropel de nuestra nacionalidad,
hay manchas horribles; bajo la lustrosa, empolvada epidermis que las sedas
acarician, hay gérmenes de gangrena y líquido de úlceras. Media nación
desconoce a la otra media. Cada día aumenta el número de los recluidos, de los
asilados, de los locos y de los mendigos callejeros. Señores: esto hay que
purgarlo. Ojalá se hagan ciertas las predicciones del Sr Nowack y la isla se
hunda y las ondas hirvientes del mar proceloso nos traguen a todos.
16 de mayo de 1906
Cualquier charlatán de feria se ríe de nuestro
pueblo. En Cuba, el hombre-Dios halla masas que en él creen, y se ha temblado
por las predicciones de cataclismos sísmicos del hombre de las peonías.
Fernando Ortíz, El pueblo cubano, Editorial de
Ciencias sociales, La Habana, 1997, pp.: 43.
Sueltos tomados de Diario de la Familia y anuncio de Diario de la Marina.
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