Cuando el trabajo deja de ser carga pesada y
obligación penosa para trocarse en motivo de júbilo, en alegría colectiva, es
que ha terminado la explotación del hombre por el hombre y ha nacido el
socialismo. Ayer, el fin de una cosecha significaba regodeo egoísta para el
explotador que atesoraba nuevas ganancias, y anunciaba penurias y miserias para
los trabajadores que veían llegar la desocupación. Hoy, el término victorioso
de una cosecha quiere decir mayor riqueza para todos y estímulo para reiniciar
la labor y lograr que la cosecha futura sea más rica.
El Festival de la Toronja, que tuvo lugar en
Isla de Pinos recientemente,demuestra que nuestro pueblo lo ha comprendido así
y lo celebra jubilosamente. Durante diez días, los pineros celebraron con
brillante manifestación artística el fin de la cosecha de la toronja, el
triunfo del pueblo trabajador. Teatro, danza, música, coros vocales, todas las
manifestaciones artísticas, y en elevado porcentaje realizadas por aficionados
con brillantez admirable, se aunaron para exaltar el triunfo del trabajo
socialista, organizados por la Coordinación Provincial del Consejo Nacional de
Cultura.
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