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jueves, 20 de septiembre de 2012

La tiñosa




 Pedro Marqués de Armas


 El soldado que llevan en andas acaba de dar muerte de un disparo en el pómulo al jefe de la porra. 

 Se lo han echado encima frente a la farmacia, esquina a Virtudes, justo donde cayera abatido el temible Jiménez y avanzan -verdad que una turba no demasiado numerosa- calle arriba aclamando al héroe que mostrarán en breve sobre los leones del Prado.

 Todos en función del sargento menos el que va vestido de blanco, con la camisa abierta: ése que parece sorprender a distancia la cámara. 

 Por la derecha se adelanta sin embargo el más interesante de los forajidos: un negrito que roba la escena casi desde el exterior. No levanta tres cuartas del suelo pero bracea como ninguno, el muy ufano.
 

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