POR EL DR. JOSÉ RAMOS ALMEYDA
Auxiliar de la Biblioteca
Nacional.
(Sesión del 27 de Febrero de 1915.)
Habiéndole manifestado el año 1909
al señor Director de la Biblioteca Nacional, que el petróleo que se venía usando
para la destrucción de las larvas y anobios de los libros no daba resultado favorable,
me encomendó que estudiase el procedimiento más adecuado para ello, y después de
ensayos con distintas sustancias, le propuse el empleo de la Solución de Formaldehido
(al 40%), presentándole las pruebas del resultado de mis estudios; y habiendo aceptado el uso de la
referida sustancia, con ella se practica la desinfección de los libros, teniendo
el formaldehido las ventajas siguientes:
1. Lejos de manchar los cueros,
los limpia y preserva.
2. No altera el dorado de los lomos.
3. No es nocivo para el
lector.
5. Destruye las larvas por
su acción esclerógena.
6. Sus vapores, también
destruyen los anobios y otros insectos.
7. Es muy manejable. (Con
una alcuza pequeña puede inyectarse en los trayectos que hace la larva).
8. Puede usarse también en
fumigación, en caja cerrada para mayor número de libros. (La Casa de Gonin, de
París, prepara unos fumigatorios de varios tamaños para ese objeto)
9. El precio del
Formaldehido es, relativamente, económico.
Notas.—En la Biblioteca han
disminuido, en esta fecha, en en más de un sesenta por
ciento los anobios.
El ácido bórico es muy bueno
para la destrucción de polillas y cucarachas.
La bencina mata este último
insecto momentáneamente.
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